Por qué algunas personas parecen tan frías como un cubito de hielo

Son personas que han dejado de sentir y sus emociones les resultan ajenas. O lo que es lo mismo, sufren un síndrome de desconexión emocional

Raquel Alcolea

Raquel Alcolea

Esta funcionalidad es sólo para registrados

Puede ser que te cruces a diario con esa persona en el trabajo, o tal vez en el edificio en el que vives o incluso por las calles de tu barrio. Y a pesar de que ya debería sonarle tu cara o al menos resultarle familiar nunca cambia el gesto cuando te acercas o incluso cuando saludas, ni esboza una sonrisa, ni responde al saludo, ni mueve un solo músculo de su rostro. Tal vez algún día notes que dirija tus ojos hacia ti pero en realidad no te estará mirando, solo estará orientando su mirada hacia el lugar en el que estás, como un autómata, como un androide. Quizá pienses que es un maleducado (o maleducada) o que se despista con facilidad o incluso puede ser en algún momento creas que tiene algo contra ti o que no le caes bien. La sensación es, muchas veces, de que estás frente a alguien que tan frío que parece un cubito de hielo. Sin embargo tal como explica Almudena Sos , terapeuta emocional y de parejas, lo que sucede a estas personas es que han dejado de sentir y son ajenos a sus emociones. O lo que es lo mismo, sufren un síndrome de desconexión emocional . «Hay quien se desconecta en algunos o en muchos momentos del día y hay quien vive desconectado desde hace años y a un nivel profundo», señala.

Almudena Sos, terapeuta.

En general las personas que sufren ese tipo de desconexión dejan de sentir, según aclara Sos, cuando lo que viven les supera y cuando el hecho de sentir les produce dolor . Lo malo es, como apunta la experta, no solo se pierden la vida sino que tienen problemas en sus relaciones personales pues ni perciben el cariño de los demás ni lo transmiten hacia los otros. Y esa frialdad acaba haciendo daño tanto a su entorno como a ellos mismos.

En la mayoría de los casos, según explica la experta, esa desconexión emocional ocurre de forma automática e inconsciente; mientras que reconectarse emocionalmente ocurre de forma consciente. De hecho, tal como explica la experta, solo en un 10% de los casos recuperar la conexión emocional es un proceso inconsciente.

¿En qué situaciones se produce?

La experta hace un repaso de algunos de los momentos importantes de la vida en la que puede producirse este tipo de desconexión.

Cuando somos niños . Algunas personas no pueden recordar nada de su infancia. Es como si tuvieran toda esa época bloqueada. En muchos casos esto se debe a que han vivido situaciones que les superaban o que no sabían afrontar y eso les ha llevado a hacer un click y ha desconectarse de esos problemas de familia, enfermedades, peleas y, en definitiva, de situaciones para las que, como niños, no tenían recursos para afrontar.

A veces percibimos la desconexión de nuestros progenitores, padres o madres, que están ahí físicamente pero no emocionalmente, ya que permanecen ausentes. «Algunos padres te dicen: estoy todo el día haciendo cosas por mi hijo, es el centro de mi vida. Y, aunque crean que es así, se mantienen en el 'hacer' y están profundamente desconectados de sí mismos y de los demás. Y esa desconexión también la percibe el niño», argumenta Sos.

En la relación de pareja . Tal como explica la terapeuta, puede haber un punto de la relación en la que comiéncen los problemas. A veces es lo que hace el otro lo que nos hace daño y otras veces es algo que esperamos que haga pero no hace y eso es lo que nos duele. «No saber gestionarlo y no pedir ayuda profesional, en ese momento puede contribuir a que la herida se haga cada vez mayor ya que a menudo ante ese dolor reaccionamos desconectándonos emocionalmente. Y esto a su vez, hará que la herida del otro se haga aún más grande», comenta.

En la relación con nuestros padres . Nuestros progenitores o cuidadores nos dejarán indefectiblemente una impronta. Algunas de las cosas que nos ocurren en nuestra relación con ellos activarán una herida o en otros casos la producirán. «Y eso marcará por dónde va a ir nuestro aprendizaje el resto de nuestra vida», sentencia.

En el trabajo . Muchas veces usamos el trabajo y otras parcelas de nuestra vida para desconectarnos. De hecho, según explica la terapeuta, son muchos los empresarios y ejecutivos (sean hombres o mujeres) brillantes en su profesión que tienen muchos problemas en su vida personal (especialmente en la familia y con la pareja).

Son personas que, como revela Sos, se desconectan de su vida personal a través del éxito profesional ya que conseguir logros y más logros es como una droga. Sin embargo cuando reconectan su vida cambia y eso repercute en todas las facetas de su vida e incluso también en su situación laboral: «He conocido muchos casos que en ese hacer y hacer eran muy buenos en su profesión pero que, tras llevar a cabo un proceso de transformación personal profundo en una terapia, han empezado a conseguir su máximo potencial y su total realización en su profesión. Todo ello con plena consciencia», apunta.

A veces nos desconectamos con una compra compulsiva, otras veces buscando resultados en el trabajo y otras manteniendo relaciones personales sin sentir o incluso usando sustancias como drogas, alcohol o medicamentos.

Mecanismos de desconexión emocional

  • Pensando, volviendo a pensar y analizando. Es distinto pensar que vives que vivir y sentir.

  • Haciendo y manteniéndote en el hacer: corriendo por la vida sin estar presente.

  • Con obsesiones y compulsiones.

  • Con adicciones

Conocerse es la clave

Para dejar de estar desconectado de todos y sobre todo de uno mismo, la experta revela que es necesario aprender a estar bien con uno mismo y que para eso es importante conocerse y aceptarse . «Cuando te conoces y te aceptas y creas una vida que te gusta, estás bien ahí, en casa, dentro de ti. Entonces sueles estar bien con el resto de la gente. Eso no quiere decir que no vayas a vivir situaciones difíciles y dolorosas que forman parte de la vida. Lo que sí quiere decir es que las vivirás estando contigo, estando presente», argumenta Sos.

Al final este trabajo podría resumirse en: crear hogar dentro de uno mismo.

Técnicas para reconectar con uno mismo

Para estar presente con uno mismo y también en su vida pueden resultar útiles estas práctica, según propone la terapeuta.

- Respiración consciente.

- Meditar o practicar mindfulness: Puede ser estar en silencio contigo o también, por ejemplo, cocinar poniendo tus cinco sentidos en lo que estás haciendo, en cada movimiento y acción.

- La naturaleza: la tierra nos conecta mucho. El mar y, sobre todo, la tierra.

- Compartir tiempo con animales dejándoles ser ellos mismos, observándoles y aprendiendo de ellos.

- Hacer cosas en solitario, tanto viajes como otros momentos de ocio: cine, teatro, conciertos...

- Ser consciente de lo que sientes y de cómo te sientes. A esto te puede ayudar un profesional ya que muchas veces cuesta identificar lo que sientes realmente.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación