Coronavirus en Córdoba

El obispo de Córdoba, en la misa por los fallecidos del coronavirus: «Solo la fe puede enjugar las lágrimas»

Señala que la Iglesia y las Administraciones deben ser «más solidarios que nunca» ante los efectos económicos de la crisis

El obispo de Córdoba, hoy instantes antes de iniciar la misa en recuerdo de los fallecidos por el coronavirus V. MERINO

Fernando López

El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández , ha oficiado en la tarde de hoy, 10 de junio, la misa por los fallecidos del covid-19 en la Catedral. El prelado ha iniciado la ceremonia dando la bienvenida a los numerosos cargos públicos presentes, encabezados por el alcalde de Córdoba, José María Bellido, y el presidente de la Diputación, Antonio Ruiz.

En el arranque de la misa, a la que acudieron algo más de 200 personas, Demetrio Fernández ha recordado que esta ceremonia se celebra «en honor de los fallecidos por el coronavirus ». «Son amigos, conocidos... Todos tenemos en mente el nombre de alguno de ellos. Lo hacemos por ellos, encomendándonos a Dios como otras tantas veces», ha añadido.

El obispo ha indicado que han sido días «muy duros» . « Hemos visto la muerte muy de cerca en familiares y amigos y además en un número muy enorme. Eso nos ha hecho pensar y reflexionar sobre lo débil que es la vida», ha asegurado.

Ha insistido en esta cuestión, asegurando que « la muerte de tanta gente ha sido un mazazo fuerte ». Baste recordar que s ólo en la provincia han sido 117 los fallecidos por la epidemia a día de hoy. Y ha hecho una confesión: «Esta circunstancia nos ha hecho llorar . Yo mismo lo he hecho. Llorar no es pecado. Llorar es una expresión humana del sentimiento que brota sincero del corazón ante una desgracia así».

El prelado ha incidido en que celebrar esta misa y orar por nuestros difuntos es «un deber de caridad cristiana y de justicia». De hecho, el pastor de la Diócesis de Córdoba ha recalcado la importancia de la oración en estos complicados momentos, porque « nos abre un portillo de luz y de esperanza ».

Ha defendido que, ante una situación tan dolorosa, «sólo la fe puede enjugar nuestras lágrimas» . «Trabajemos todos por la paz, la convivencia y el progreso y desde la fe cristiana aportemos cada uno lo mejor de sí mismo. Hemos recibido tantos testimonios de personas que han puesto su vida en riesgo o incluso la han perdido. Y es que hemos asistido a un desastre colectivo, pero también a un testimonio precioso de amor y solidaridad , fraterno, que ha brotado de tantos corazones», ha asegurado.

Por ello, ha reivindicado en el final de la homilía que « seamos todos solidarios ahora más que nunca , las instituciones, la Iglesia, el Ayuntamiento, Diputación, autoridades autonómicas y del Estado, para que nadie se quede sin recursos».

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