Polideportivo

En la élite del deporte adaptado hasta los 50 (o más)

Cisco García gana en Córdoba el Campeonato de Andalucía de Tenis en Silla de Ruedas

Cisco García, durante el encuentro de ayer en el Open Arena Álvaro Carmona

Rafael Verdú

De entre todos los deportes adaptados , el tenis , junto al baloncesto, es una de las pocas disciplinas en las que es posible llegar a ser profesional. Pero no es nada fácil: llegar a la élite, y mantenerse allí, requiere años de esfuerzo y tesón, y también suficiente dinero para hacerse con el equipo, pagar entrenadores y realizar viajes por medio mundo para acudir a torneos . En ello coinciden los participantes del Campeonato de Andalucía de Tenis en Silla de Ruedas , que se ha celebrado durante el pasado fin de semana en Córdoba con seis participantes. Pueden parecer pocos, pero es que en toda la comunidad apenas hay una docena de personas practicando este deporte.

El cordobés Cisco García se alzó con el título (un contundente 6-1, 6-2) en una final contra Juan Ramón Ortiz celebrada ayer en las instalaciones del Open Arena de Córdoba. Ahora, el tenista se dispone a partir para Toronto (Canadá) y posteriormente a Estados Unidos para participar en torneos internacionales que le permitan alcanzar su objetivo inmediato: conseguir el pasaporte para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 . «Para ello el 8 de junio del año que viene tengo que estar entre los 40 mejores del mundo», aseguró al término de la competición. Ahora mismo Cisco García se encuentra situado en el puesto número 61 del ránking mundial. «Está complicado pero se puede conseguir, porque en esos puestos estamos todos muy equilibrados», describió.

Tampoco le ha resultado fácil llegar hasta aquí. Aunque Cisco García ya practicaba el tenis antes del accidente que le obliga a desplazarse en silla de ruedas («el 28 de diciembre de 2015», recuerda con exactitud), el deporte adaptado es muy diferente del original. Apenas se sube a la red y se juega mucho con los globos y bolas altas. Lo que un tenista de pie realiza con pies y manos, ellos sólo pueden hacerlo a base de fuerza de brazos. Con todo, la principal diferencia es que se puede estar en la élite del tenis adaptado con mucha más edad, hasta los 60 incluso . Cisco García tiene 36 y asegura que «mi idea es seguir compitiendo 10 o 12 años más, porque en el tenis adaptado se puede hacer». El joven cordobés tiene en menta un objetivo ambicioso a largo plazo, más allá de unos Juegos Olímpicos : participar en un torneo de Grand Slam, especialmente el Roland Garros , que se juega en tierra batida, su superficie favorita. Pero ahí sólo entran los 8 mejores del mundo, «aunque puede que lo abran a los mejores 16», lo que le daría posibilidades.

También piensa seguir compitiendo muchos años más su rival en la final, el malagueño Juan Ramón Ortiz , que indica que «empecé a practicar este deporte hace 10 u 11 años, aunque con algún parón porque no había ayudas económicas». En la actualidad se encuentra en el puesto número 205 del mundo, pero «con sólo tres torneos jugados este año», recuerda. Su caso es diferente al de Cisco García , que cuenta con patrocinadores y dispone de entrenador y preparador físico. «Los resultados dependen del entrenamiento y yo tengo que tirar de amigos para entrenar, ya que no puedo pagar por eso», asegura sin perder un ápice de optimismo que se revela natural. Es otra de las características de estos atletas: nunca pierden la sonrisa ni su actitud positiva ante la vida. Lo demuestra Ortiz con su próximo objetivo deportivo, conseguir plaza para los Juegos Olímpicos nada menos que de 2024, en París ; «los de Tokio son imposibles», reconoce. A Francia, Juan Ramón Ortiz llegaría con 59 años, pero no piensa tirar la toalla por una cuestión de edad.

Otro caso de deportista de élite que ha participado en el torneo celebrado en el Open Arena es el del sevillano Arturo Montes . El sí ha disfrutado de las mieles del Olimpo... pero en vela. En esa disciplina participó en Río 2016 , donde logró quedar noveno de 16 participantes, «pero en los últimos tres días de regatas estuve pegándome con los mejores», rememora. La vela, por desgracia, fue eliminada del programa paralímpico, por lo que Arturo se decantó por el tenis, «un deporte en el que yo empecé tarde, con 30 años, y con 38 tuve el accidente». Su objetivo, asegura, también era llegar a Tokio , pero «no me ha cogido en buen momento y la competencia es muy alta». Montes seguirá disfrutando del tenis adaptado, «un deporte que físicamente es muy exigente» y sobre todo de la vela, donde se ha situado como el cuarto mejor deportista del mundo.

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