Nieto y Merino en una reunión con el sector cinegético y agrario en Córdoba
Nieto y Merino en una reunión con el sector cinegético y agrario en Córdoba - VALERIO MERINO
CAMPAÑA ELECTORAL

A la caza del sexto escaño flotante

Apenas 4.200 nuevos votantes están convocados a las urnas en Córdoba el 26-J, estrecho caladero para que haya grandes cambios respecto al 20-D

CÓRDOBA Actualizado: Guardar
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El próximo 26 de junio habrá convocados a las urnas en la provincia de Córdoba apenas 4.200 nuevos votantes respecto al 20 de diciembre. Estrecho caladero para aumentar la pesca, deben pensar en los cuatro partidos que salen de nuevo en busca de los seis escaños en liza. Y cada voto cuenta. Máxime cuando se presentan unos comicios donde los restos del reparto que propicia la Ley D’Hont se vuelven fundamentales. Tan es así, que el doble empate entre PSOE y PP (a dos actas) y Podemos y Ciudadanos (a una) de hace seis meses parece, a priori, inamovible. Si bien, un pequeño movimiento de papeletas o un ligero descenso/aumento de la participación pueden cambiar esa foto por otra.

La campaña electoral que arrancó anoche sitúa el foco en Córdoba sobre el sexto escaño flotante.

Y es que la diferencia entre Ciudadanos, que lo capturó con sus 55.655 sufragios el 20 de diciembre, y la suma de Podemos e Izquierda Unida (Unidos Podemos ahora) tras su primer dividendo, apenas supone 2.700 votos. A la fuerza que encabeza Manuel Moreneo y empuja el mismísimo Julio Anguita, le bastaría con algo menos de los votos que los animalistas del Pacma sacaron en la anterior cita, por ejemplo. El PSOE sería el siguiente «candidato», pero a casi 6.000 votos de distancia.

Estrecho margen

La encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) hecha pública ayer no varía la foto fija: doble empate. Tampoco el último sondeo de GAD-3 para ABC con datos desagregados por provincias: doble empate. Algún sondeo interno de uno de los dos grandes partidos, tampoco —aunque sí parece otorgarle la victoria en voto y porcentaje por muy estrecho margen a los populares—.

Así, de partida, lo más lógico es que todas las fuerzas políticas salgan a apuntalar los resultados obtenidos a finales de 2015 sin dejar de rascar por todos los lugares, por todas las edades, por todas las franjas ideológicas. En ello, además de en el hartazgo de la calle y las previsiones de una menor participación, se explica el tono algo menos ruidoso y el mensaje algo más positivo de socialistas, populares, podemitas y «naranjitos» estos días de precampaña.

No hay tiempo para la relajación, al contrario de en otros comicios

No hay tiempo para la relajación, y al contrario que en otros comicios donde Córdoba no fue plaza determinante para rendir batallas dialécticas o celebrar grandes mítines, antes incluso de la campaña electoral, todos los primeros espadas salvo Mariano Rajoy han pisado la provincia. Pedro Sánchez, el candidato socialista, en un par de ocasiones (Patios y Feria). Pablo Iglesias, en un simbólico acto en el que se oficializaba el matrimonio de conveniencia con Izquierda Unida bajo el padrinazgo de Julio Anguita y las lágrimas de su nuevo «discípulo». Más tarde, Albert Rivera, que tras alguna aparición aislada hace años para presentar un libro, ponía el pie en la plaza de las Tendillas el pasado domingo en un multitudinario acto para arropar a los suyos, señalados como los posibles perdedores en la noche del domingo 26 en esta circunscripción.

Nuevas Generaciones

Rajoy clausuró a finales de abril en Córdoba una convención nacional de Nuevas Generaciones y no se espera en la dirección provincial su presencia en esta campaña —salvo cambio de última hora por cercanía con otro viaje a Andalucía—. Así, el cabeza de lista del PP y exalcalde de Córdoba, José Antonio Nieto, dispondrá de segundos y terceros cuadros del partido (algún ministro) además del aparato regional del partido.

Así las cosas, tanto PP como PSOE se afanan en consolidar sus territorios claves en Córdoba. El primero, la capital, donde tras los malos resultados de las municipales de 2015 que le llevaron a perder la mayoría absoluta en el Ayuntamiento de la capital, rescataron gran parte de su hegemonía el 20-D con catorce puntos de ventaja sobre los socialistas, que tienen en el resto de la provincia su gran nicho electoral. De ahí que uno de los argumentos más fuertes empleados hasta ahora haya sido las ayudas de la PAC hasta 2020, con el altavoz de la Junta de Andalucía y el discurso del agravio.

Las dudas están en Unidos Podemos y Ciudadanos. En los primeros, con Anguita como mascarón de proa y el enésimo cunero en la lista (Manuel Moreneo, un colaborador del excoordinador federal de IU), por la reacción que el votante tradicional del PCE en Córdoba (capital y algunas comarcas) pueda tener al experimento. En la formación naranja, por intentar no perder su escaño ante una posible migración de votantes respecto al 20-D.

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