CAZA

Las altas temperaturas marcan en Córdoba la temporada montera «más dura» en dos décadas

Baja calidad de los trofeos, campos impracticables para la caza o el calor deslucen la campaña que se inicia hoy

Dos cazadores en el puesto de una cacería ABC

David Jurado

Salir al campo a montear con temperaturas superiores a los 35 grados centígrados , con el campo seco, impracticable para la labor de las rehalas, o con las balsas y arroyos de las fincas sin agua es algo que sólo los monteros más avezados han experimentado . Pero eso fue a finales de los años 90 del pasado siglo.

Desde entonces , el sector no recuerda un inicio de temporada «tan duro e incierto» como el que arranca hoy. El veterano cazador y coordinador de la Asociación de Rehalas Regionales Españolas Caza y Libertad (Arrecal), Francisco Beltrán, recuerda que hace más de dos décadas se vivió un inicio similiar. «Era cuando la Junta levantaba la veda el 9 de octubre». Añade que «salíamos a cazar en pantalón corto y polo» . El delegado provincial de la Federación Andaluza de Caza (FAC), Francisco Javier Cano, confirma y da veracidad a los recuerdos de Beltrán al sostener que « este es el peor inicio de temporada del siglo , porque la falta de lluvia y las altas temperaturas hacen que, aunque todos afrontemos el arranque con muchas ganas, la verdad es que el campo está muy mal y la práctica de la cacería, con este clima, va a ser un hándicap importante».

El año arrancó con una primavera escasa de lluvia , por lo que es normal que ahora las balsas, charcas o arroyos estén sin agua. El verano acabó con el escaso pasto que había y, ahora, en un otoño con temperaturas por encima de los 30 grados, no hay alimento para la fauna silvestre .

A la mala alimentación de las especies, que se traducirá en pérdidas económicas para el sector de la carne de montería , hay que añadir las altas temperaturas que hacen que los animales «estén menos activos , que se expongan menos porque se sienten débiles», señala el responsable del Área Cinegético Forestal de Asaja, Tomás Jurado. Eso se traducirá en que habrá menos carreras y lances menos vistosos . La debilidad por la falta de alimentación y por las altas temperaturas está también detrás del retraso de la berrea , que prácticamente no existe salvo en algunos puntos de la provincia, es decir, en aquellas fincas cerradas donde sus propietarios hayan alimentado a las especies silvestres con heno y pastos y donde se hayan provisto bebederos para paliar la falta de agua en el campo.

Los orgánicos consultados por ABC señalan que serán en las explotaciones cinegéticas cerradas donde se produzcan este año las mejores batidas , ya que los ciervos y jabalíes presentan mejores condiciones, aunque la calidad de los trofeos dejará mucho que desear en comparación con la de los útimos años.

Agua para las rehalas

Pero, tanto en cotos abiertos como cerrados , existe el mismo problema: la dureza del campo . Sin vegetación, con la tierra tan seca y con las elevadas temperaturas los perros no pueden realizar su función, vital para el desarrollo de las monterías. «Con esta calor las rehalas no pueden salir al campo porque los perros se congestionan », señala Jurado.

La situación es tan alarmante que desde la FAC se ha recomendado a todos los cazadores a llevar al campo bidones de agua para dar de beber a sus animales. De igual modo, los propietarios de las fincas donde se va a montear han establecido abrevaderos y bebederos improvisados en varios puntos para que los perros puedan saciar su sed ante la falta de charcos y arroyos con agua.

El calor del arranque de temporada trae consigo nubarrones para el sector cárnico especializado en las monterías. Por un lado está la debilidad de las especies cervunas, más flacas y por lo tanto menos rentables . Por otro, está el arranque de la campaña con unos precios por debajo de los del año pasado , cuando se pagaba a cuatro euros el kilo. Y por último, está el riesgo sanitario que supone abatir animales en el campo con estas temperaturas. Con un clima frío, cualquier especie, ya sea ciervo, gamo o jabalí, que se abata a las diez de la mañana puede conservarse hasta la junta de carnes y su posterior retirada del campo, alrededor de las 17.00 horas. Con este calor, los animales no pueden permacer mucho tiempo expuestos al sol y a una temperatura ambiente que propicia la descomposición y que la carne se altere.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación