La imagen del festival de Cannes 2015, la actriz Ingrid Bergman
La imagen del festival de Cannes 2015, la actriz Ingrid Bergman - afp

Flamantes ganadoras de la Palma de Oro que cayeron en el olvido

Películas que se hicieron con el prestigioso galardón del Festival de Cannes pero experimentaron la fugacidad del éxito

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Algunos catalogan el Festival de Cannes como antesala de los Oscar; una suerte de tanteo, de primera prueba que determinará, si triunfa, el despegue de una película o, si fracasa, el negro futuro que le aguarda. A veces este festival es solamente un trámite, una puesta a punto de cara a la temporada de premios que comienza al final del verano, en Telluride o Toronto.

Pero no es raro que la curiosidad y repercusión que despiertan algunos de esos filmes en La Croisette desaparezcan del foco mediático tras su estreno en la Costa Azul. Muchas veces son las joyas y las estrellas que se pasean por el festival las que fijan la atención en películas que, tras su vuelta a Hollywood

, apenas cautivan a unos cuantos espectadores y caen estrepitosamente en taquilla o con los años, en el olvido.

Un éxito efímero

¿Alguien recuerda a la ganadora de la Palma de Oro del pasado 2014? La película turca « Winter Sleep» de Nuri Bilge Ceylan se alzó con el principal galardón del festival francés, además del FIPRESCI, pero tras una presencia maniquea en las nominaciones de los premios del Cine Europeo y en los César fue borrada del mapa; eclipsada de la cita que ninguna cinta quiere eludir: los Oscar, donde ni siquiera logró la candidatura a mejor película de habla no inglesa. Cedió ese testigo a otras como la argentina « Relatos Salvajes» —de factura española al estar coproducida por los hermanos Almodóvar—, « Timbuktu», « Leviatán» o la finalmente ganadora, la polaca « Ida». A pesar de cautivar a Jane Campion, presidenta del jurado de Cannes, quizás sus más de dos horas fueron una traba que muchos se negaron a sortear, y ese sueño de invierno perdió fuelle al pasar la primavera.

¿Y qué hay de « La vida de Adèle»? Fue una de las sorpresas de 2013. Abdellatif Kechiche se ponía a los mandos de una película oriunda al festival... y lo ganaba. La polémica se sirvió en su estreno —por sus escenas de sexo lésbico y explícito— pero también fuera de los pases. Cautivó a Steven Spielberg —presidente del jurado— que, en plena manifestación contra los homosexuales en Francia, premiaba el valor de la cinta. Tras la Palma de Oro, las dos protagonistas del filme, Léa Seydoux y Adèle Exarchopoulos, criticaron al director tunecino por la dureza de las escenas de sexo a la que las sometió. La que prometía ser una de las más claras aspirantes a la estatuilla dorada cayó en un bucle de controversias que empañaron la técnica y estética de casi todos sus fotogramas.

Pese a su fama, los hermanos Dardenne, habituales de la Costa Azul pero ausentes este 2015, también auspician en su palmarés alguna de las grandes olvidadas. Con «El niño» consiguieron su segunda Palma de Oro, pero ahora su película, lejos del glorioso 2005 que la encumbró, tan solo recuerda a la dirigida por Daniel Monzón. Tampoco « Rosetta», con la que lograron su primer gran premio en Cannes en 1999, corrió mejor suerte, y solo aguanta el peso del galardón en la memoria de los más cinéfilos.

A algunos quizás si les suene « Elephant», Palma de Oro en 2003 para la cinta y el director, Gus Van Sant, pero más que por su éxito quizás sea por la crudeza con la que recrea la matanza en un instituto de Columbine.

Y como estas, tantas otras permanecen en la especie de Limbo de esas que han ganado pero no han conseguido un hueco en la memoria del espectador.

Las que perduran

Sí se recuerdan, con la cercanía del momento de su estreno pese a los años que han pasado desde entonces, otros filmes como « Pulp fiction», « Taxi Driver», « Apocalypse Now». Tampoco se olvidan, pese a los años que han pasado desde entonces, clásicos como « El gatopardo», « La dolce vita» o la española « Viridiana». Ni, por supuesto, algunas de las más novatas en llevarse la Palma a casa: « El árbol de la vida» o « El pianista».

Por tanto, ganar en Cannes no necesariamente implica triunfar en el recorrido de festivales que lo suceden, pero pese al probable olvido posterior, queda el prestigio de ostentar en el palmarés un galardón de tal prestigio.

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