El Papa, en coches cada vez más modestos

Que al Papa Francisco no le gusta la ostentación es algo que a nadie escapa, sobre todo cuando de automóviles para sus traslados se trata. Siempre ha elegido vehículos baratos.

Hyundai Santa Fe, Jeep Wrangler, Kia Soul, Fiat 500L, Ford Focus... Nada que ver con modelos blindados de otras épocas, como el Mercedes-Benz Clase G. Sin ir más lejos, en su reciente peregrinación por tierras armenias ha recurrido a un sencillo Dacia Logan, que nuevo cuesta poco más de 9.000 euros.

Para hacerse a la idea, el Logan es un automóvil de 4 puertas, 3 volúmenes y solo 4,35 metros de largo (eso sí, con un súper maletero de 510 litros), que se vale de motores Renault diésel, gasolina e incluso GLP, de 75 a 90 CV.

Su habitáculo admite a 5 pasajeros sin mayores problemas, gracias a las formas geométricas del vehículo. Presenta un diseño sencillo vestido a base de plásticos duros y poco refinados, aunque el ajuste de las piezas es, en conjunto, bastante robusto. Eso sí, en ese entorno hay algunos elementos poco cuidados, como el aspecto general del maletero, con mucha chapa a la vista, o la escasa iluminación del habitáculo.

Aunque no es el Vaticano quien elige el modelo, la Santa Sede fija una serie de requisitos, como el color del automóvil, el escudo de la Santa Sede, la matrícula con las siglas SV I en caracteres rojos... Estos vehículos suelen terminar en museos o son donados.