Macron negocia un acuerdo de gobierno con el equipo de Juppé

Emmanuel Macron, presidente electo de la República Francesa, espera formar gobierno con varios miembros del equipo de Alain Juppé, alcalde de Burdeos y excandidato conservador a la Jefatura del Estado, ofreciendo el puesto de primer ministro a Édouard Philippe, diputado conservador. Juppé y sus actuales portavoces «desmienten» las informaciones de RTL, que daban por hecho el futuro nombramiento de Philippe. Pero la cadena de radio privada insiste «en lo bien fundado» de sus informaciones.

Según RTL, los hombres de Macron habrían ofrecido al equipo de Juppé un «acuerdo completo»: formar parte del nuevo gobierno, integrarse en las listas de ¡En Marcha! o presentarse como candidatos independientes en las elecciones legislativas del 11 y el 18 de junio para colaborar con ellos posteriormente.

Una veintena de miembros del equipo de Juppé, durante la campaña de las elecciones primarias del centro-derecha, decidieron pasarse a ¡En Marcha! cuando François Fillon eliminó a Juppé como candidato conservador. Los hombres de Macron esperan llevar mucho más lejos el diálogo con la derecha reformista, con dos objetivos: formar un gobierno de concentración nacional y «robar peones» al centro- derecha.

Expectativas de ¡En marcha!

Macron parte de una muy buena posición de cara a las legislativas. A cuatro semanas de la primera vuelta, los primeros sondeos anuncian varios aldabonazos espectaculares: el partido de Macron podrá tener la mayoría absoluta; derecha y extrema derecha se disputan el segundo puesto como primera fuerza de oposición; y el PS sigue hundiéndose relegado a un humillante quinto puesto, tras la extrema izquierda.

El sondeo sugiere un cambio espectacular del paisaje político francés: ¡En Marcha!, partido de Macron, obtendría un 29% de intenciones de voto. Los Republicanos (conservadores) y Frente Nacional (extrema derecha) empatan con un 20%. Francia Insumisa (extrema izquierda populista), el partido de Jean-Luc Mélenchon tendría un 14% y el Partido Socialista (PS), un 7%.

Ecologistas, extremas izquierdas y grupúsculos ultracionalistas apenas cuentan con un 2 o un 3 % de intenciones de voto, condenados a desaparecer en la segunda vuelta. Sin duda, cuatro semanas de campaña pueden modificar sustancialmente esas primeras estimaciones. Pero, de entrada, ya es posible subrayar las grandes tendencias que parecen perfilarse.

Gobernar en solitario

Elegido presidente Emmanuel Macron, entre un 60 y un 65 % de los franceses reaccionan de manera «legitimista» y pudieran dar a su partido una mayoría, permitiéndole gobernar en solitario, en coalición o en forzosa cohabitación con otra fuerza política.

La derecha de LR espera dar un vuelco a las previsiones. François Baroin, el nuevo líder electoral de la derecha dice confiar en una anhelada victoria que obligue a Macron a cohabitar con un gobierno y una mayoría parlamentaria conservadora.

Las primeras intenciones de voto confirman que la extrema derecha de Marine Le Pen podrá entrar de manera triunfal en la nueva Asamblea Nacional (AN). Si el FN tuviese más votos que la derecha tradicional, se trataría de un bombazo espectacular. Si el FN quedase relegado a un tercer puesto, también sería un buen resultado, menos espectacular, pero igualmente significativo para Francia y Europa.

El hundimiento del PS, relegado a un previsible quinto puesto, pudiera ser otro acontecimiento político de primera magnitud. La posible y espectacular entrada en la AN de la extrema izquierda populista de Mélenchon confirma de manera muy llamativa el terremoto que está resquebrajando todos los órdenes tradicionales del paisaje político francés.