Hollande, ayer, en la puerta del Elíseo
Hollande, ayer, en la puerta del Elíseo - AFP

Sin mayoría parlamentaria, Hollande aprueba por decreto la reforma laboral

El primer ministro, Manuel Valls, recurre al recurso excepcional del artículo 49.3 de la Constitución

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François Hollande se ha quedado sin mayoría parlamentaria para aprobar su polémica y desguazada reforma laboral, que ha decidido imponer con un «decretazo» excepcional, sin voto parlamentario, con la oposición de la mayoría social, la mayoría política, los sindicatos y la patronal.

A última hora de la mañana de este martes, Manuel Valls, primer ministro, convocó un consejo de ministros restringido y excepcional, con el fin de «estudiar» el recurso excepcional al artículo 49.3 de la Constitución, que permite aprobar por «decreto» un proyecto Ley, saltándose «a la torera» la opinión de una Asamblea Nacional adversa.

Tras varios meses de proyectos y sucesivos recortes de proyectos, el «último» proyecto de reforma laboral debía comenzar a discutirse ante la Asamblea Nacional.

Ya se conocía la opinión muy hostil de la opinión pública y los sindicatos. La patronal y la derecha habían denunciado el «desguace» de un proyecto «sin contenido». Ecologistas, PCF y Frente de izquierdas (FdI) confirmaron su voto en contra, como unos cuarenta diputados socialistas, hostiles al proyecto del gobierno socialista…

Ante una oposición social, sindical y política tan hostil, el presidente Hollande tenía dos soluciones. Primera solución, retirar la reforma, como piden los sindicatos. Segunda solución, imponer la reforma con un «decretazo» tan legal como escasamente democrático.

Fin de reino

El presidente Hollande parece haber preferido la segunda situación. Reunidos en consejo de ministros restringido, el presidente y su jefe de Gobierno, Manuel Valls, han comunicado a sus ministros la posible estrategia y el «calendario» de un decretazo que tiene un melancólico perfume de «fin de reino».

A un año de la próxima elección presidencial, Hollande no tiene la mayoría política parlamentaria para realizar una reforma laboral que llega tarde y mal: desguazada de sustancia, criticada por todo el abanico político nacional, apoyada por una minoría socialista víctima de divisiones fratricidas.

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