Durante el juicio en el que demandaba al estado noruego, el asesino no mostró ningún signo de arrepentimiento
Durante el juicio en el que demandaba al estado noruego, el asesino no mostró ningún signo de arrepentimiento - AFP

Comienza el juicio de apelación del Estado noruego contra el terrorista Breivik

Noruega fue condenada por las condiciones «inhumanas» en las que se encuentra el encarcelado

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El Tribunal de Apelación de Oslo juzgará a partir de este martes el recurso presentado por el estado noruego que fue acusado de violar los derechos humanos del terrorista Anders Breivik en las condiciones del régimen penitenciario al que está sometido. El extremista cumple una condena de veintiún años, que, con toda seguridad, se prorrogarán indefinidamente, en la prisión de Skien, donde se celebrará el juicio, por el asesinato el 22 de julio de 2011 de 77 personas, en su mayoría jóvenes del partido laborista que se encontraban reunidos en un campamento de verano en la isla de Utøya. Fue el peor ataque cometido en suelo noruego desde la Segunda Guerra Mundial.

«Esperamos que el Estado gane este nuevo asalto», declaró a la agencia AFP Lisbeth Kristine Royneland, cuya hija de 18 años fue una de las víctimas.

Breivik, de 37 años, se encuentra encarcelado en un espacio de 30 metros cuadrados compuesto por tres celdas donde tiene un ordenador sin acceso a Internet, televisión, videojuegos, libros, periódicos y aparatos de gimnasio. Sin embargo, un tribunal de Oslo, presidido por la jueza Helen Andenæs Sekulic, dictaminó en abril del pasado año que el aislamiento al que está sometido es «una prisión dentro de una prisión» y constituye una violación del artículo 3 de la Convención Europea de Derechos Humanos, que prohíbe castigos «inhumanos o degradantes». Noruega fue condenada a mejorar las condiciones penitenciarias del reo y a pagar las costas del juicio que ascendieron a 36.000 euros, sentencia cuyo recurso es lo que se juzgará esta semana.

Durante el juicio en el que demandaba al estado noruego, el asesino no mostró ningún signo de arrepentimiento y provocó a los presentes realizando el saludo nazi. La sentencia en la que se aceptaban parte de sus demandas fue calificada por la prensa como «difícil de digerir».

Desde hace algunos meses las autoridades ya han permitido que Breivik tenga más contacto con los guardias de la cárcel y han reemplazado la pared de vidrio que le separaba de su abogado durante las visitas por una reja. Continúa, sin embargo, su aislamiento de los otros presos por su propia seguridad y la supervisión de toda su correspondencia para evitar que organice una red de extremistas que lleve a cabo nuevos atentados en su nombre.

Se espera que el juicio dure seis días y todavía no se conoce la fecha del veredicto.

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