Dsieños de Zuhair Murad y Guo Pei
Dsieños de Zuhair Murad y Guo Pei - ABC

La moderna sutileza de Azzaro y el mundo al revés de Guo Pei

La Ciudad de la Luz cierra la temporada con una mezcla de estilos y culturas

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Zuhair Murad, libanés maronita, nació en Beirut en 1971. Su exitosa trayectoria pasó de Líbano a Roma, donde desfiló en 1999. Y de allí a París, desde donde se extendió su fama por el mundo. Entre sus clientes están actrices y cantantes de fama mundial como Beyoncé, Jennifer Lopez, Shakira o Miley Cyrus. Pero su fama fue precedida de su precursor y «alter ego», Elie Saab. Y decimos esto porque en su desfile de ayer Murad volvió a emular el estilo, los acabados y el colorido de las colecciones de Saab.

El éxito de Murad entre princesas árabes, presentadoras y modelos está también precedido de una aceptación generalizada del femenino estilo preciosista de los mejores creadores libaneses. Ayer, como hace unos meses, volvió a conjugar de mil maneras la falda de corte menina, en versión larga y a la rodilla, los modelos en encaje, los pantalones con capa y los vestidos con muselinas, bordados y pedrería.

Guo Pei, la verdadera estrella de la moda china actual, desfiló en París. Los chinos, cada vez más enterados de cómo funciona la moda en el mundo occidental, quieren llevar las mejores marcas europeas. Pero desde que Xi Jinping puso encima de la mesa el decretazo antilujo y pidió a los chinos volcarse en el consumo interno, la moda china de nivel está tomando cierta importancia. La más insigne creadora china del momento, Guo Pei, ha desfilado en la semana de la alta costura. Pei intenta así abarcar el mercado mundial, algo que fidelizaría aún más a su clientela china. En contraste con las marcas europeas, que acaban vendiendo el estilo occidental en Asia, Guo Pei crea colecciones de corte europeo para conquistar china y Europa. Difícil.

Los volúmenes de sus vestidos y los coloridos que elige son audaces y llamativos. Se trata de prendas clásicas que sorprenden por el trabajo que implican y la complicación de ejecución que demuestran. Pero Guo, productiva y creativa, marca una impronta que se podría describir como «en el límite con el mal gusto». Sus diseños son más del estilo de las mujeres de alcaldes y concejales de la Marbella de principios de los 90.

Azzaro, por el contrario, presentó ayer un desfile atrevido pero sutil. Los vestidos cortos con vuelo versionaban a una principesca Jane Birkin de los años 60. Los escotes cruzados a base de telas plisadas, la superposición de tejidos transparentes sobre otros iridescentes y el original surtido de escotes en forma de T reinaron en la pasarela.

Ver los comentarios