Modeo que cerró el desfile de Elie Saab
Modeo que cerró el desfile de Elie Saab - Reuters

El guardarropa de las princesas

Los nuevos protagonistas de la costura parisina han expuesto colecciones inspiradas en la nobleza oriental, árabe y europea

París Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

París amanecía ayer con la visita del presidente iraní, Rohani, y una huelga de taxis que dejaba aislados a los asistentes a la Semana de la Alta Costura. Como si de un reflejo se tratará, se presentaron colecciones de corte árabe y oriental. Otros desfiles llamaron la atención por su rareza. La colección de John Galliano para Maison Margiela, la primera en salir a la palestra, resultó extraña y poco ordenada. Claro está que si Galliano desea «hacer de» Margiela, necesita abstraerse y presentar en modo surrealista.

Elie Saab, en cambio, lució un impecable desfile ideado para princesas de «Las mil y una noches». Podría haber sido una colección creada para la Reina Rania de Jordania, por cierto, una de las mejores clientas del modisto libanés.

Saab repasó las siluetas más femeninas conjugadas en tejidos sofisticados, transparencias delicadas y pedrería, pero siempre acabados con maestría y sentido de la proporción. La inspiración en la India era clara en algunos peinados, sandalias y conjuntos a base de pantalones y kurtas, en una curiosa versión en la que iban cargados de pedrería y encajes. Claramente, su clientela árabe y de países asiáticos valora tanto la exuberancia como la delicadeza de sus prendas. «Tocó» los atuendos con tiaras, tocados y sombreros de corte asiático e incluso presentó un velo árabe al final del desfile.

En Jean-Paul Gaultierse presentaron desde trajes de pantalón en seda –de corte pijama, muy a la moda–, hasta vestidos superpuestos, bodies con falda larga abierta en tejidos monocromáticos y kimonos brillantes de corte japonés. Tocando todos los palos, con atrevimiento y un estilo reconocible, en Gaultier se dio show, calidad y creatividad.

Las delicadas princesas de Valentino
Las delicadas princesas de Valentino - Reuters

Viktor & Rolf, la casa con sede en Amsterdam, fundada en 1993 por el indivisible dúo de Viktor Horsting y Rolf Snoeren, actualmente parte del conglomerado empresarial OTB, se ha debido quedar sin ideas esta temporada: han propuesto una monótona, extraña e imponible sucesión de prendas blancas, imitando esculturas de escayola sin pintar. En qué estarían pensando.

Quizás la gran vencedora de los desfiles de ayer fue Ulyana Sergeenko. Ulyana, hija de kazajos emigrados a San Petersburgo, comenzó a coser de pequeña con su abuela. Cuando se casó con un millonario de origen ruso y se instaló en París, comenzaron sus dispendios en las mejores tiendas de la ciudad. Compraba tales cantidades de ropa y accesorios, que se convirtió en invitada habitual a los desfiles de algunas marcas. Tal fue el caso en MiuMiu, donde estuvo invitada cuando lucía aún su melena negra y asesoraba a las numerosas rusas que deseaban adquirir piezas bien elegidas. Se supo que muchas de sus compras se revendían a clienta rusas, deseosas de elegir a precios más interesantes. Ulyana presentó su primera colección de alta costura en 2012, con un resultado poco apetecible. Desde entonces, ha conseguido dominar el arte de crear belleza. Entre sus clientas se encuentran Rita Ora y Lady Gaga. Ayer su desfile fue una enorme selección de delicados vestidos en amarillos, rosas y verdes, que combinaba con estrictos sombreros de inspiración tártara y botas altas de corte masculino.

¿Qué decir de Valentino? A manos de Maria Grazia Chiuri y Pier Paolo Piccioli. su colección supuso un recorrido por los vestidos de las princesas del mundo, que comenzó con prendas de corte medieval y toque visigodo, similares a las de la temporada pasada. Pero no dejaron atrás las túnicas griegas y romanas adornadas con cadenas y cordones, ni un magnifico despliegue de kimonos brillantes. Una estupenda fuente de ideas.

Ver los comentarios