Banderas y su novia se instalan en un chalé de 3,2 millones

Antonio Banderas, de 55 años, el gran actor que enseñó a los españoles que es posible triunfar en Hollywood –y en Broadway-, comienza a reorganizar su vida tras su divorcio de Melanie Griffith, de 58, con la que vivió casi dos décadas. El intérprete malagueño se ha instalado en el Sur más verde y bucólico del Gran Londres, en Surrey, junto a su nueva novia, la ejecutiva holandesa-alemana Nicole Kimpel, veinte años más joven que él. Comparten un chalet prefabricado de diseño de siete dormitorios, de la marca alemana Huf Haus, por el que habría pagado 3,2 millones de euros el año pasado. La casa cuenta con media hectárea de jardín, sauna, gimnasio, sala de cine, y por supuesto, el piano de cola donde Antonio acredita que ya domina las teclas.

Banderas asegura que planea vivir allí al menos cinco años y ha mostrado la vivienda en un reportaje en el suplemento inmobiliario de «The Sunday Times», el diario dominical más vendido en el Reino Unido. El actor posee también un piso en Nueva York frente a Central Park y residencias en España. El tono del periódico es levemente irónico con la casa y con el propio Banderas, al que presentan todavía como «El Zorro», el «poster del machismo latino». Topicazos al margen, la vivienda parece bastante impresionante. Huf Haus, firma alemana fundada en 1912, levanta casas prefabricadas, sí, pero exclusivas, de aire Bahuaus, todo en cristal y madera, y ecoeficientes, con mínimo consumo energético.

El actor comenta que «he tenido un montón de casas de muchos tipos de arquitectura, pero esta es mi favorita de largo». La zona de Cobham, donde se ubica, es umbría y se encuentra a solo una treintena de kilómetros del centro de Londres, lo que la hace muy codiciada como zona residencial para ejecutivos que triunfan en la City. Banderas sale con la bici por el bosque cercano y cuenta que le encanta contemplar a los ciervos y los zorros entrando a veces en su jardín. Al vecindario lo califica de «muy agradable»: «Encuentro Surrey mágico. No soy una persona de fiestas y aquí tengo espacio y libertad para escribir y centrarme en mis pensamientos. Estoy trabajando en varios guiones».

Lo que ha conseguido Banderas, el hijo de un policía, que llegó con 18 años a Madrid para buscarse la vida con noches de fonda y días de teatro marginal, es de un enorme mérito. Abruma repasar que ha compartido cartel con Tom Cruise, Brad Pitt, Tom Hanks, Johnny Depp, Stallone… Y ahí sigue, con una película junto a Juliette Binoche sobre los mineros chilenos rescatados y un proyecto para rodar con el más enigmático de los directores-genio, Terrence Malick. Además, encarnará a Picasso en una cinta junto a Gwyneth Paltrow. Una característica agradable de Banderas es que además, a diferencia de algunos de sus colegas y compatriotas, habla siempre bien de España.

La zona de Surrey se la descubrió Nicole Kimpel, porque su padre había tenido en su infancia casas similares en la zona. Ella es una alta ejecutiva, que ha trabajado en la banca privada suiza y en inmobiliarias para figuras de alto caché. Banderas la califica de «asombrosa y maravillosa». Señala, como si estuviese un poco sorprendido, que «nunca hemos discutido». Acaban de pasar el día de San Valentín en un destino poco habitual, la helada Islandia.

El chalet de cristal y madera está amueblado con correctos muebles minimalistas, un poco al estilo BoConcept. Banderas comenta que algunos no son de su gusto y bromea diciendo que esos «arderán en el jardín». Dice que poco a poco irán poniendo todo a su gusto. En la entrevista se revela cocinitas y destaca su risotto. A futuro, no descarta instalar en Marbella otra casa de la firma alemana de viviendas prefabricadas, que sería circular.