Templo de Debod
Templo de Debod

El Templo de Debod vuelve a brillar

El monumento egipcio reabre tras solucionar sus problemas de climatización

Madrid Actualizado: Guardar
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Este martes reabre sus puertas uno de los grandes tesoros arquitectónicos de Madrid, y sin duda uno de los mejores sitios donde disfrutar de la puesta de sol en la capital. Después de casi tres meses cerrado por problemas con la climatización y actos vandálicos, que se venían arrastrando desde hace años y que ya obligaron a su cierre en anteriores periodos estivales, el Templo de Debod ya está preparado para recibir visitas tras recuperarse las temperaturas adecuadas para visitantes, trabajadores y para la propia conservación del edificio.

Aunque las temperaturas descendieron notablemente en la ciudad a partir del pasado martes 13 de septiembre, la inercia térmica en el interior del templo ha hecho necesario esperar varios días hasta alcanzar los valores ambientales recomendados.

Además, debido a la necesidad de mantener las condiciones óptimas para la conservación del edificio, todavía no serán visitables las estancias del templo con una ventilación más deficiente, ya que la incidencia del público alteraría la humedad y la temperatura. Para subsanar este problema, el Ayuntamiento de Madrid ha anunciado que sustituirá este sistema con cargo al presupuesto del año 2017.

Las zonas que todavía no se podrán visitar se sitúan en la parte trasera o lateral del edificio. Pero los elementos más interesantes del templo desde el punto de vista museístico, que albergan la decoración de relieves –vestíbulo, vestíbulo interior, capilla de Adijalamani y sala de audiovisual– pueden volver a contemplarse a partir de hoy. Aún así, siguiendo los criterios museísticos de conservación, se ha limitado el aforo de cada visita al interior a 15 personas.

El Área de Cultura y Deportes acometerá otras mejoras de calado en este emblemático espacio. Con cargo al presupuesto de 2017 está prevista una de 400.000 euros en la renovación museográfica del Templo de Debod para actualizar y mejorar los elementos que contribuyen a la explicación de este monumento. Entre las actuaciones que se llevarán a cabo figuran la mejora de los sistemas de iluminación de las piezas (paredes, relieves, inscripciones) y de los medios audiovisuales, los gráficos y los textos explicativos.

Además, a partir del próximo 1 de octubre se reforzará la seguridad y habrá dos vigilantes durante las 24 horas del día. Este verano la vigilancia del Templo de Debod ya aumentó, de forma que actualmente trabajan un vigilante 24 horas, otro en horario de atención al público y un refuerzo para las horas nocturnas.

Un regalo de Egipto

La construcción del templo la inició a comienzos del siglo II a. C. el rey Meroe Adijalamani, quien dedicó una capilla a los dioses Amón e Isis, tallando grandes relieves en la misma. Posteriores reyes de la dinastía ptolemaica crearon nuevas estancias alrededor del núcleo original. Tras la anexión de Egipto al Imperio Romano, los emperadores Augusto, Tiberio y, tal vez, Adriano, culminaron la construcción y decoración del edificio.

En el siglo VI, tras la conversión de Nubia al cristianismo, el templo fue cerrado y abandonado. En el siglo XX el monumento fue donado a España por el gobierno egipcio para evitar que quedara inundado tras la construcción de la gran presa de Asuán. El entonces gobierno egipcio lo regaló a la ciudad de Madrid y fue transportado y reconstruido piedra a piedra, primero a la ciudad de Valencia por barco desde Alejandría (en 1960), y años más tarde, en camiones hasta la capital. Se abrió al público en su actual ubicación (donde se encontraba el Cuartel de la Montaña) en 1972.

Actualmente, el Templo de Debod está incluido en el catálogo de Monumentos Públicos y Elementos Urbanos singulares.

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