Allegados y familiares de la abogada y pareja de conveniencia del dueño del bufete, saliendo del Anatómico Forense, ayer
Allegados y familiares de la abogada y pareja de conveniencia del dueño del bufete, saliendo del Anatómico Forense, ayer - RAFA ALBARRÁN

La Policía busca a un cliente del bufete como autor de la matanza de Usera

«Un tipo extraño» esperaba al jefe del despacho, al que le han puesto protección, la tarde de los asesinatos. El autor usó un cuchillo y una palanqueta

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Una «vendetta» contra Víctor Joel Salas Coveñas, el responsable peruano del bufete donde se cometió el triple crimen, es la principal hipótesis de la salvajada ocurrida el pasado miércoles en el número 40 de la calle de Marcelo Usera. La Policía le puso ayer protección policial tras declarar por segunda vez, dada las amenazas de muerte que, según relató, había recibido en España por los asuntos de extranjería, embargos y delincuencia común que lleva; o de los de narcotráfico que se encargó en Perú cuando ejercía como secretario judicial y no como fiscal, como se dijo en un primer momento.

Aunque todas las hipótesis están abiertas, las investigaciones ponen el foco en un episodio ocurrido en nuestro país.

Un cliente insatisfecho, alguna de las deudas económicas que tenía contraídas, según allegados de una de las víctimas,... Los investigadores tienen claro que él era el único objetivo; pero como no estaba en su despacho, Euroasia, este se convirtió en el escenario de una auténtica carnicería en la que fueron asesinadas dos empleadas suyas y un cliente.

Se trata de su secretaria y mano derecha, Maritza Osorio Riverón, de 46 años, natural de Cuba; Elisa Consuegra Gálvez, de 33 y la misma nacionalidad, que fue juez de paz en la provincia de Holguín y que acababa de homologar su licenciatura en España; y Jhon Pepe Castillo Vega, de 43 y que colaboró en RTVE, quien acudió a recoger unos documentos y se encontró con la muerte por estar en el lugar equivocado en el momento equivocado.

Se da la circunstancia de que Salas Coveñas, de 37 años, se había casado hacía unos diez meses con Elisa; era un matrimonio de conveniencia, para que ella legalizara su situación en nuestro país, indicó un amigo de ella. De hecho, no vivían juntos.

El Grupo V de Homicidios está analizando con lupa el listado de representados del abogado peruano y también su agenda y el círculo íntimo de las dos empleadas, por si pudieran ser ellas por algún asunto sentimental el detonante de la espiral de sangre primero y fuego después que se desató en el piso de Usera. El asesino quemó los cuerpos con gasolina y papel para ganar tiempo y borrar pruebas. Hacía 15 años que Madrid no sufría un triple homicidio.

Los investigadores buscan a un solo hombre como autor de los tres crímenes, perpetrados con inusitada violencia; por el modo en el que se llevó a cabo la matanza, un tanto burda, consideran que no lo hizo un sicario. El presunto autor utilizó un cuchillo (hallado en la casa) y no un hacha, como se dijo en un primer momento, y la palanqueta de hierro que estaba en el despacho del letrado, con la que, supuestamente, habrían tratado de defenderse las dos mujeres, refugiadas en un cuarto al fondo de la vivienda. Con esa arma el presunto homicida habría golpeado de forma brutal a Jhon Pepe Castillo y a Elisa Consuegra, además de clavarle un cuchillo en la cabeza al varón. A Maritza Osorio le rebanó el cuello. Después, no contento con ello, prendió fuego a los cuerpos con gasolina y echó encima de ellos papeles y libros para avivar la pira. Allegados a una de las fallecidas explicaron ayer que Salas Coveñas no acudía mucho por el despacho y que solía dar esquinazo a los clientes; en ocasiones incluso les plantaba en sus citas. Cuando eso ocurría, eran sus empleadas las que le telefoneaban y le decían que le buscaban con insistencia.

El mismo miércoles se repitió ese guión cuando a las cinco de la tarde le llamaron y le dijeron que «un tipo extraño» preguntaba por él. Media hora después ya no contestaban. La Policía está revisando las cámaras de seguridad de la zona para ver si captó la imagen del sujeto y si contó con alguna cobertura en el exterior.

Oscura trama en Perú

«Estaba hasta arriba de deudas, incluso con Hacienda; no lo entiendo porque regenta otro despacho. Creo que debía el alquiler del bufete y a mi prima Maritza le hacía contratos temporales y la tenía periodos sin contrato. Le pagaba poco y mal y Elisa era autónoma», decía un familiar de la primera mujer en el Anatómico Forense.

Salas Coveñas se vio envuelto hace una década en una oscura trama en Perú, por la que recibió amenazas de muerte y que le trajeron a España a mediados de 2008. Denunció que su jefa, la magistrada Ana Espinoza Sánchez, favoreció al narcotraficante israelí Zeev Chen. La empresaria Myriam Fefén, que practicaba brujería contra Salas Coveñas, fue asesinada.

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