El exboxeador y actual «Hermano Mayor», Jero García
El exboxeador y actual «Hermano Mayor», Jero García - ABC

«Hermano Mayor»Jero García: «Para muchos chavales el boxeo se convierte en un faro en la niebla»

El excampeón de España de boxeo trabaja desde hace dos décadas por la «integración de los jóvenes» de su barrio, Carabanchel, a través del deporte. Por su escuela también pasaron Alejandro Sanz y Penélope Cruz

Madrid Actualizado: Guardar
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Se crió entre los grandes «supermercados» de la droga y los poblados chabolistas de donde deambulaban los adictos a los estupefaciente más duros en los 80. El excampeón de España de boxeo de pesos medios, Jerónimo García (Madrid, 1971), «Jero» conoce bien la realidad de los chavales con los que trata ahora en el programa televisivo «Hermano Mayor». Y no solo por lo que vio y vivió en su infancia y adolescencia, sino porque lleva más de dos décadas volcado con diversos proyectos de integración en su barrio: Carabanchel. Se labró su carrera a base de «sudor, constancia y sacrificio» en el gimnasio Metropolitano, donde también se curtió Javier Castrillejo, «El lince de Parla». Ha llegado a entrenar a celebridades como Alejandro Sanz o Penélope Cruz, pero su «familia» –como él mismo los tilda– son sus chavales de la Escuela de Boxeo que encabeza, a través de la cual brinda una oportunidad de salir adelante y de inculcar los valores del deporte.

– ¿Qué le empujó a aceptar la oferta de encabezar el programa «Hermano Mayor»?

– Se me ofreció ejercer de «Hermano Mayor» y lo vi como una continuación a la labor que ya estaba haciendo con la fundación en el barrio. Es un paso más para facilitar las cosas a la gente y poder ayudarla de otra manera. Es la única razón.

– ¿Qué destaca del programa? ¿Y por qué considera que merece la pena que se siga emitiendo?

«El programa 'Hermano Mayor' debe existir siempre, esté yo u otro encabezándolo porque la gente lo necesita»

– Destaco la unión. Siempre digo que cuando trabajas con temas sociales, la gente que trabaja alrededor del programa para lograr esos objetivos. A eso lo llamo la familia. Porque «Hermano Mayor» no es solo Jero García, son todos los profesionales que hay alrededor. Y yo me quedo con la unión que hemos formado todo el equipo. Si el programa sigue adelante, es gracias a ellos. Es gracias a la ilusión que tienen por ayudar a la gente. Desde el primer día fue eso lo que más me sorprendió: el gran esfuerzo volcado en ayudar a la gente. Ellos son el motor que hacen que esto funcione. Hay una cosa que está muy clara: y es que este programa tiene que existir siempre, para poder seguir ayudando a la gente necesitada, esté yo o esté otra persona encabezándolo. Este es un programa que debe existir por la búsqueda de ayuda, porque la gente lo necesita. Lo sé porque llevo 20 años trabajando en el barrio y lo sé. La gente lo necesita. Son pequeños detalles que ellos, a lo mejor, no lo ven pero lo que nosotros intentamos es que ellos lo vean: que la solución, al final, está en uno mismo, pero hay que ayudarles a que cada uno vea esa solución.

– Creó la Escuela de Boxeo y hace cinco años también impulsó la Fundación Ayuda para la Integración a través del Deporte (FAID). Ahora se acaba de embarcar en el reto de liderar el programa de televisión «Hermano Mayor» y en la iniciativa del expiloto Julián Corrales... Muchos proyectos y una misma causa ¿Por qué cree que iniciativas como éstas son necesarias?

– Creo que todo lo que sea trabajar por y para el deporte hay que apoyarlo como sea. El deporte, al final, arrastra a la juventud. Es algo que consigue enganchar a la juventud, que logra canalizar esa «agresividad» que puedan sentir en un momento dado en esta sociedad un poco maldita que tenemos. El deporte nos ha sacado de muchas cosas malas y creo que siempre hay que apoyarlo. Por ello, creo que el proyecto de Julián es fabuloso y hay que apoyarlo al mil por mil.

– ¿Por qué decidió en un momento como este, con tantos proyectos en marcha, involucrarse también con Julián Corrales?

– Julián y yo tenemos relación desde hace muchos años. Nos conocemos de siempre, del barrio. Somos casi vecinos. Y, además, siempre he sido seguidor de su carrera deportiva y él de la mía. Y en lo que no es mi carrera deportiva, también lo ha hecho. Siempre ha estado muy pendiente de la labor que he hecho con los chavales del barrio a través de la fundación.

– ¿Cómo es el trabajo que hacen con los chavales del barrio de Carabanchel?

– El trabajo que hago con la fundación, y es a la que Julián está apoyando con su maravilloso proyecto, es integrar. Cuando hablamos de integrar es decir que introducimos a los niños en la cultura deportiva a través del deporte y lo que yo sé que es el boxeo. El boxeo tiene una capacidad de enganche que es lo que nosotros llamamos «el bicho». Y como te pique «el bicho», estás fastidiado. No para pelear, sino también para participar, por estar… Porque un gimnasio de boxeo, no es solamente un gimnasio, es una familia. A lo mejor, tal y como está la sociedad, la gente no tiene objetivos en la vida. Por eso, pertenecer a un grupo, a una familia y si ésta abraza la cultura deportiva, se convierte en el faro en la niebla que ellos necesitan.

Jero García en la Escuela de Boxeo con dos de sus chavales
Jero García en la Escuela de Boxeo con dos de sus chavales - ABC

«Tutelaje espartano»

– ¿Qué persigue con la Escuela de Boxeo?

– Los chavales que vienen al gimnasio, ellos vienen y yo les dejo que entrenen gratis. Tengo siete chavales que están trabajando como monitores en el gimnasio y su vida laboral ya gira alrededor del boxeo. Unos siguen peleando y otros no, pero lo que he intentado es formarles como personas independientemente del camino que acaben tomando. Tengo a dos chicos en el equipo nacional y tengo otros dos chicos boxeadores profesionales. Pero lo importante es que también tengo otros que son policías, abogados y otros que son banqueros. Sigo en contacto con todos ellos, somos una familia y nos ayudamos los unos a los otros. Ellos han sido parte de esto. Es lo que llamamos «tutelaje espartano», los nuevos tiran ahora de los viejos.

– ¿Cree que falta apoyo por parte de las instituciones públicas al deporte base?

– Sí, no vamos a hacer patria. Ocurre en Madrid y en toda España, por las circunstancias que nos está tocando vivir. Creo que el deportista no está lo suficientemente abrigado y creo que la búsqueda y nacimiento de mecenas va a ser clave para el futuro del deporte español.

– ¿Se maltrata al boxeo en España?

«El boxeo arrastra un handicap: parece que viene de un universo tenebroso»

– El boxeo sigue arrastrando un handicap con respecto al resto de deportes, al menos, en España. Nos tienen en un universo tenebroso cuando en otros países el boxeo copa portadas casi a diario, incluso en los periódicos que no son deportivos. Pero como nuestro propio deporte indica, seguiremos luchando y batallando por devolverlo al plano que se merece. Esperemos que, poco a poco, los clichés se vayan cayendo y que la gente vea que existe un boxeo educativo, infantil, sin contacto, a través del cual se pueden canalizar muchas frustraciones. Con él los niños dejan otras cosas por estar haciendo deporte. No nos engañemos, el boxeo exige trabajo, sudor, constancia y sacrificio.

– ¿Se queda mucho talento por el camino?

– Sí. Hay muchísimo talento que se queda en el camino, y ya no solo en el boxeo. Yo que he salido mucho internacionalmente, gracias a dios, por competiciones, siempre me dicen lo mismo: «Vosotros lo que tenéis es corazón y orgullo patrio español, que con las circunstancias que tenéis sacáis unos rendimientos increíbles». El 99,99 % de todos los boxeadores de España no han llegado a los niveles que se merecían porque no han tenido el apoyo económico que necesitaban. Estamos hablando de que, de haber tenido ese apoyo, España no hubiera tenido 8 campeones del mundo, sino 30.

«Tuve que dar clases en un gimnasio para pagar la gasolina para ir a los entrenamientos»

– ¿Sus inicios en el boxeo también fueron así de costosos?

– Yo tuve que dar clases en un gimnasio para poder pagar la gasolina del coche para ir a los entrenamientos. Ese ejemplo es claro. Nunca me había propuesto ser profesor y entrenador, pero lo tuve que hacer para poder costear una oportunidad como peleador. Y al final, lo que es la vida… Después de ser peleador, he vuelto a ser entrenador. Mi ciclo vital y laboral han confluido de la misma manera que empezó.

– En su caso, ¿tuvo un padrino en el que apoyarse?

– No tuve un padrino.

– ¿Algún ejemplo a seguir?

– A mí no me gusta seguir ejemplos. A mí me gusta ser yo mismo y ayudar en el día a día a la gente. Intento ayudar y, si en este caso hay gente como Julián Corrales, que me quiere echar una mano con lo que ayudo a mis chicos, pues mejor. Porque así no solo tira uno del carro, sino que seremos más.

– ¿Pensó en tirar la toalla?

– Pensé en tirar la toalla muchísimas veces. Solo me salvó la ilusión por lograr esa meta.

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