La iglesia de San Matías, junto a los terrenos (izquierda) donde se ubicará el gimnasio
La iglesia de San Matías, junto a los terrenos (izquierda) donde se ubicará el gimnasio - MAYA BALANYÁ

Hortaleza se levanta contra el gimnasio de los Paúles

Los vecinos creen que el proyecto de la orden religiosa vulnera el Plan de Ordenación Urbana de 1997, que pretendía proteger los cascos históricos de los municipios que se anexionaron a Madrid

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Aunque la Gran Vía o la Castellana se lleven las fotos de los catálogos y turistas, Madrid también tiene calles estrechas y anónimas; de esas por las que no pasa el frío. Lo mismo ocurre con los edificios. Aunque las Cuatro Torres o el Palacio de Cibeles perfilen su horizonte, la capital también tiene casitas bajas más propias de los núcleos rurales que de una de las principales ciudades europeas. De hecho, el Plan de Ordenación Urbana (PGOU) de 1997 tiene como propósito conservar esos rincones atípicos -por antiguos- en Madrid para que su esencia no se pierda entre rascacielos, años e intereses económicos. Sin embargo, en Hortaleza, hoy un distrito de Madrid pero antiguamente un municipio independiente, el proyecto de un moderno gimnasio puede hacer añicos lo poco que queda de aquel pueblo que en su día se anexionó a la capital.

«Si esto sigue para adelante, se van a cargar el 30 por ciento del casco histórico», denuncia Ricardo Márquez, historiador, vecino y miembro de la plataforma vecinal que se creó para luchar por que una decena de centenarios edificios del centro del barrio y propiedad de una orden religiosa, no se conviertan en un gimnasio. Márquez se refiere a los inmuebles que, dentro de los terrenos de la congregación de los Padres Paúles, se sitúan en los aledaños de la Plaza de la Iglesia de San Matías, el epicentro del casco antiguo de Hortaleza.

Como indica el historiador, los edificios gozaban de protección legal por tener cierto valor patrimonial, ya que datan del siglo XIX. «Hay planos del año 1850 donde aparecen estas mismas edificaciones», especifica Márquez, quien defiende que la protección de estos inmuebles llegó con el mencionado Plan de Ordenación Urbana de 1997: «Busca preservar las particularidades urbanísticas, culturales, la estética y la identidad local de los cascos antiguos de las localidades absorbidas por Madrid en 1950».

El proyecto, que ya ha sido aprobado por el pleno de Cibeles con los votos de Ahora Madrid y PP, sigue para adelante aunque el descontento entre los vecinos es general. «Hasta ahora hemos hecho dos concentraciones y ya llevamos más de mil firmas recogidas para detener esta iniciativa», explica Javier Díaz, otro integrante de la Plataforma en Defensa del Casco Antiguo de Hortaleza. «Los mayores no se lo creen», suscribe Díaz, quien sin embargo lamenta que aún hay «mucha desinformación» entre los vecinos. Quizá hoy haya quien no sepa que justo al lado de la parroquia de San Matías se va a construir un macrocomplejo deportivo compuesto por un aparcamiento con capacidad para 300 vehículos y un edificio que, a su vez, albergará un gimnasio con una piscina de 1.000 metros cuadrados de superficie, un vestuario de 900, una cafetería de otros 300, una ludoteca de 117, un recibidor también de 300, amén de otras salas polivalentes. Este diario ha intentado contactar con la congregación pero no ha obtenido respuesta.

Atajo

Desde la oposición, tanto PSOE como Ciudadanos —los dos grupos que votaron en contra de la medida en el Pleno de Cibeles— critican que el área de Urbanismo no esté siguiendo los cauces legales a la hora de arrebatar la protección a estos edificios. «Le bajan la protección de nivel 2 a nada para poder derribarlo», lamenta Bosco Labrado, concejal de Ciudadanos y, precisamente, presidente de la Comisión Permanente Ordinaria de Desarrollo Urbano Sostenible, justo donde se verificó la validez de este proyecto.

Allí, para poder quitar la protección a estos edificios, Ahora Madrid esgrimió la fórmula de emplear un plan especial en lugar de elaborar una modificación para el plan general, que es lo que estipula la ley cuando se suprime más de un nivel a un edificio protegido. «Se ha cogido un atajo para hacer algo que no se puede hacer», critica Ramón Silva, concejal del PSOE en el Ayuntamiento y vecino de Hortaleza, quien también detalla que de este modo los trámites son más rápidos pero los estudios pertinentes también son más superficiales: «Requiere un estudio menor».

En este sentido, Labrado teme que la maniobra tenga consecuencias judiciales y, por ende, económicas para las arcas municipales. «Va a llegar cualquiera y va a judicializar el tema», pronostica el concejal, que es proclive a «adecuar o actualizar» los usos de edificios como este, siempre que «no se vaya en contra de la protección del patrimonio». Fuentes municipales consideran que enmarcar este proyecto en un plan especial en lugar de modificar el plan general es algo «perfectamente legal».

Los vecinos de Hortaleza, tras perder el mes dedicado a las alegaciones, anuncian que seguirán luchando para que la cosmopolita Madrid conserve, allí, uno de los pocos enclaves con aroma rural que aún le quedan.

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