Pedro Duque, astronauta, durante un acto en la Agencia Espacial Europea
Pedro Duque, astronauta, durante un acto en la Agencia Espacial Europea - ESA

Se buscan astronautas en los colegios de Madrid

La Agencia Espacial Europea forma a profesores madrileños para fomentar las vocaciones científicas en los niños

MADRID Actualizado: Guardar
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Desde mayo del año pasado, la Comunidad de Madrid lleva a cabo un programa con la Agencia Espacial Europea (en su sede madrileña de Villanueva de la Cañada) para formar a docentes en las actividades de este organismo. Son cursos por los que ya han pasado más de 240 profesores, algunos de los cuales han recibido clases del astronauta español Pedro Duque. El objetivo es darles formación para que ellos, a su vez, la transmitan a sus alumnos y despertar en ellos vocaciones científicas relacionadas con las ingenierías y el espacio.

Por las instalaciones del Centro de Operaciones Cientificas de la Agencia Espacial Europea (ESA) en Madrid han pasado en total 242 profesores, los 65 últimos hace apenas unas semanas.

Participan por primera vez en este proyecto pionero, que les proporciona formación específica de divulgación de los experimentos que se llevan a cabo en las diferentes misiones espaciales, y cómo pueden aplicarse a la vida cotidiana.

Quienes les enseñan, entre ellos el astronauta Pedro Duque -que ha tomado parte en viajes espaciales con el transbordador Discovery y en una nave Soyuz TMA-, son los expertos más cualificados en el espacio. Los profesores son de los niveles de Primaria y Secundaria, y participan de manera voluntaria en estos cursos -en los que ha llegado a haber listas de espera por encima de los 100 candidatos-, cuatro por año, que se desarrollan en cuatro sesiones de trabajo de 12 horas presenciales.

Iniciativa de la Consejería

Fueron los responsables de la Consejería de Educación, Juventud y Deportes -que dirige Rafael van Grieken- quienes se pusieron en contacto con la Agencia Espacial Europea para estudiar la viabilidad de estos cursos, que en la ESA aceptaron por coincidir a la perfección con su interés en la didáctica y la divulgación científica. La meta común, en ambas instituciones, es la misma: fomentar las vocaciones científicas entre los alumnos, que han descendido de forma preocupante.

Se puede hablar «del derecho espacial: quién es el responsable si colisionan dos objetos en el espacio; el derecho de utilización de la luna»

Los docentes que participan, de Primaria y Secundaria, tienen como misión empaparse de conocimientos para luego explicar en clase sus aplicaciones a la vida cotidiana. Por ejemplo, señala Javier Ventura, portavoz de ESA, se puede estudiar la composición química de un determinado planeta, pero también se puede hablar «del derecho espacial: quién es el responsable si colisionan dos objetos en el espacio; el derecho de utilización de la luna... o en medicina, qué le ocurre al cuerpo cuando sale al espacio ...; o en filosofía: qué repercusiones tendría si se confirmara que hay vida fuera de la tierra».

Grandes preguntas

Su resumen es clarificador: «Se trata de despertar en los niños la pasión por las grandes preguntas». Mónica Conde es profesora de dibujo técnico en el Instituto Príncipe Felipe, del Barrio del Pilar. Acudió al curso a finales del pasado año, y lo encontró realmente útil. Luego ha tratado de aplicar los conocimientos adquiridos a la enseñanza de su asignatura. Por ejemplo, intentando que los chavales dibujaran las curvas cónicas «como órbitas de planetas».

Es consciente de que las vocaciones científicas entre los alumnos se están reduciendo. «Es cierto, en muchos institutos no hay ya estudiantes que quieran cursar, por ejemplo, mi asignatura, dibujo técnico». Lo atribuye a la dureza de las asignaturas. «Incluso -comenta- a veces prefieren ir por otras vías para acabar haciendo ingeniería: prefieren ir por Ciencias de la Salud, y claro, luego en la carrera terminan en una academia».

Esfuerzo de cooperación

En el caso de Mercedes Ferrer-Bergua, profesora de Física y Química en el instituto Valmayor de Valdemorillo, ella ha participado ya en dos de estos cursos: «Aplicación de las misiones de la Agencia Espacial Europea (ESA) en el ámbito educativo», celebrado entre el 6 y el 9 de febrero, y «Didáctica del espacio: las misiones de la Agencia Espacial Europea», que se desarrollo del 7 al 10 de noviembre.

Su «reincidencia» se debe a su interés por la astronomía y la investigación espacial. Y entiende que la mayor ventaja de asistir a estos cursos es que «nos motiva a nosotros los profesores; y un profesor motivado ya da su rendimiento en el aula con los alumnos». Permite, además, desarrollar entre los chavales «la idea de la cooperación; estas grandes empresas científicas con objetivos tan hermosos como explorar y conocer el universo, exigen un esfuerzo cooperativo, una perfecta armonía entre las diferentes partes del proyecto», explica Ferrer-Bergua.

Pero más allá de estas consideraciones, la docente reconoce las aplicaciones prácticas que tienen los conocimientos que reciben para su día a día en el aula. Y pone ejemplos: a los alumnos en 4º ESO, para hacerles aprender la Cinemática «recurro a lo aprendido en el curso acerca de la navegación por satélite (con GPS) y a las muchas apps que se han creado que lo utilizan, para conectar este tema bastante árido y matemático para ellos, con su pasión por los teléfonos móviles».

A los chavales les resulta tan interesante que «enseguida quieren saber y preguntar. Lo difícil es que luego dejen de soñar y bajen a pelear con los números»

O a los de 2º de ESO, cuando en el Plan de Fomento de la Lectura se les pide leer un libro de aventuras sobre el espacio, «les comento temas sobre la misión Rosetta, que tiene mucho que ver con las aventuras de los personajes del libro, y aprovecho para ponerles los vídeos de esta misión que cuentan la historia de Rosetta con dibujos animados e imágenes reales». A los chavales les resulta tan interesante que «enseguida quieren saber y preguntar. Lo difícil es que luego dejen de soñar y bajen a pelear con los números, las ecuaciones y las reacciones químicas», indica.

El portavoz de la ESA, Javier Ventura, afirma que «la formación del profesorado es un tema clave dentro de la actividad de educación de la Agencia Espacial Europea; creemos que ellos tienen un enorme poder amplificador, porque los conocimientos que adquiera los va a integrar entre sus alumnos. De hecho -insiste- entendemos que es más útil que formar a los propios alumnos».

Del espacio a la Tierra

Los contenidos que manejan en el curso, además de compartir experiencias de primera mano con astronautas, incluyen explicaciones sobre las principales misiones científicas de la ESA, haciendo hincapié en cómo puede revertir esa tecnología del espacio en otros usos aquí en la Tierra. Además, se aportan herramientas educativas desarrolladas por la Agencia y que pueden aplicarse en el día a día de los centros escolares.

Desde la propia página web de la ESA «se puede acceder a diferentes recursos educativos para distintos niveles y en múltiples lenguas, pensados para profesores», anima Ventura. Cuando finaliza el curso, los docentes deben entregar un trabajo práctico de aplicación didáctica de los conocimientos adquiridos, y se les entrega una certificación correspondiente al curso realizado.

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