Cuña, Sánchez y Villares antes de una rueda de prensa en la sede del partido
Cuña, Sánchez y Villares antes de una rueda de prensa en la sede del partido - EFE

En Marea decide su rumbo entre la presión de sus sectores internos

La coordinadora admite que hay varias opiniones sobre cómo elegir a la nueva cúpula

Santiago Actualizado: Guardar
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El partido instrumental de En Marea quiere dejar de serlo. Quiere madurar y convertirse en una organización al uso, iniciando un nuevo camino —otro— hacia la integración de sus «familias» y la elección de una coordinadora permanente. El rupturismo gallego se encuentra de gira por las comarcas de Galicia, después de hacer su entrada en el Parlamento con catorce actas. Una campaña pensada para dar a conocer a los representantes autonómicos de la formación y animar a las mareas municipales y entidades locales afines a participar en el proceso de selección de la cúpula y que vuelve a abrir la caja de las discrepancias. La principal, el diseño de las primarias. «Hay gente de muchas sensibilidades que propondrá varias posibilidades (de celebrar las votaciones)», reconoció María Xosé Bóveda, miembro de la coordinadora.

La «tournée» de los diputados tiene un nombre distinto para cada propósito: «Grazas», «Contigo», «Aquí estamos» y «Conta con nós». El portavoz parlamentario Luís Villares asegura que es una forma de agradecer el apoyo de las bases y una vía para acercarse a los simpatizantes que podrían desequilibrar la balanza a favor de uno u otro sector, en la construcción del partido. Cómo hacerlo mantiene distanciados a esos sectores a los que se refería Bóveda. Lo «enriquecedor», detalló, «es que salgan cuanto menos dos o tres posibilidades para que puedan debatirse». La coordinadora actual está, según Villares, capacitada para «lanzar las opciones» a la hora de elegir la forma de votar pero el reto es conseguir el acuerdo, hacia una sola. En el pasado ya se produjeron tensiones sobre la forma en la que se integró Podemos en la confluencia, antes del 25-S. Aquel mensaje de medianoche de Pablo Iglesias aceleró la inserción de la formación morada dentro de En Marea y desautorizó a quienes habían estado llevando las negociaciones, incluidas las bases y la dirección gallega.

La renovación

La actual coordinadora nació de aquella primera etapa de unión, materializada finalmente en la convulsa Asamblea fundacional de Vigo. La hoja de ruta fija la celebración de otra. La intención de Villares, antes de pasar por las urnas, era convocarla antes de final de año aunque, en vista de que la gira podría extenderse hasta enero, los plazos se van dilatando. Hasta la llegada de ese día, transitarán varios escenarios. El primero pasa por diseñar el calendario para «poner a andar» el reloj de la renovación. El periodo para esta fase es de un mes. A continuación, se celebrará un plenario donde estarán representadas todas las células del rupturismo. Ese espacio abarcará el debate sobre el reglamento de participación y los documentos que establezcan las líneas políticas básicas de En Marea. Otro escollo. El proceso terminará con la elección del Consello de las Mareas, un órgano «colegiado» del que dependerá la composición final de la coordinadora definitiva. El propio Consello tiene asignadas unas prerrogativas para «coordinar sus acciones» y «mantener la interlocución con los grupos institucionales». En mitad de todo está la aprobación de la Carta Financiera, que debería fijar los sueldos. Los diputados del Congreso perciben un máximo de tres salarios mínimos interprofesionales. En el caso de los diputados autonómicos, el asunto no está claro.

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