poster Vídeo
Pedro Sánchez - ABC
foro abc-deloitte

Sánchez desafía a sus críticos recordando que su «legitimidad» procede de la militancia

El secretario general exige la «responsabilidad de todos los dirigentes del PSOE» y advierte que es un corredor «de fondo» que no se dejará vencer «por la coyuntura».

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Pedro Sánchez llegó este mediodía al Foro ABC con ánimo de lucirse mostrando un recetario para salida de la crisis de nombre ampuloso – su «Agenda Económica de una Recuperación Justa», que ya exhibió en Washington-- pero terminó reivindicándose como pudo ante de los de fuera, y sobre todo ante los de dentro de su partido. «Yo soy el primer secretario general (del PSOE) elegido por la militancia, tengo una legitimidad que percibo», reclamó con severidad el líder socialista al comprobar que el torrente de preguntas que le dirigían invitados y prensa le enfrentaban una y otra vez, no a explicar las ideas de su PSOE, sino a su desgaste personal a cuenta del acoso indisimulado que está recibiendo por parte de muchos de los suyos, pero también como resultado de la embestida de Podemos y la victoria de Syriza en Grecia, que anoche dejaba al socialismo heleno derrumbado por los suelos.

Tras sucesivos intentos, no todos afortunados, por llevar el debate por otros derroteros y zafarse de interrogantes molestos, Pedro Sánchez se despidió advirtiendo que no se da por vencido. «A mí no me va a poder nunca la coyuntura. Las carreras de fondo son las que te hacen triunfar en política. La política tiene mucho que ver con las carreras de fondo para poner las luces largas y mirar a medio plazo», dijo.

A efectos internos, el devenir frenético de la actualidad política quiso que Sánchez compareciera hoy pocas fechas después de conocerse la reunión «personal» que antes de Navidad requirió el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero para conocer a Pablo Iglesias y empezara su discurso casi a la misma hora en que la presidenta de Andalucía Susana Díaz convocaba elecciones autonómicas, en lo que pudiera ser el inicio de una estrategia para aspirar en noviembre a La Moncloa. Interrogado por el descalabro que podría causarle tanto fuego amigo, Sánchez renunció a lanzar reproches y se limitó a apelar «a la responsabilidad de todos los dirigentes del PSOE», a los que pidió «que estemos a la altura» y que se genere «el cambio que España necesita». Hizo algún esfuerzo incluso por justificar el adelanto de los comicios andaluces invocando la existencia de presuntos «elementos claros y objetivos», aunque cuando los defendió sonaron a hueco.

Entre otros, Pedro Sánchez avaló el anticipo indicando que IU ha «ha abordado un proceso de renovación poniendo a Alberto Garzón al frente y ha sembrado la inestabilidad en el Gobierno andaluz al anunciar un referéndum sobre la continuidad de la coalición tras aprobar los presupuestos regionales. Junto a ello, proclamó su «magnífica relación personal y política» con Díaz, a la que prometió que la Ejecutiva del PSOE y él mismo se van a «volcar» con ella para que gane las elecciones.

Tan lejos del PP como de Podemos

Junto al ruido que no cesa en su partido, Pedro Sánchez ha tenido que vérselas hoy de nuevo con la competencia y las comparaciones con Podemos, que se multiplicaba este lunes a la luz de la victoria griega de la formación populista hermana Syriza. A modo de prólogo, y antes aún de que comenzara el turno de preguntas, el líder del PSOE zanjó en el Foro ABC que «España no es Grecia», en una reflexión que luego ampliaría para dar a entender que las siglas que él representa tampoco son el Pasok heleno, cuya representación parlamentaria se desplomó el domingo de 33 diputados a 13. Pero al PSOE no le ocurrirá lo mismo, dijo, porque es la única «alternativa» que garantiza en España la conjugación de «cambio y seguridad» que –a su juicio—exigen los ciudadanos, motivo por lo que ni PP ni Podemos podrán borrar al socialismo de la carrera electoral, por mucho que se hayan declarado mutuamente adversarios únicos. Sobre posibles pactos posteriores a los comicios, alianzas, coaliciones o repartos, Pedro Sánchez sólo abandonó el guión de que «el PSOE va a ganar las generales en 2015» para aclarar in extremis que él se siente «tan lejano del PP como de Podemos».

En medio de las controversias que le acechan, las propuestas y mensajes de Sánchez quedaron en segundo plano. Entre ellos, su apuesta por cambiar el artículo 135 de la Constitución, que PSOE y PP modificaron juntos en 2011 para introducir la estabilidad presupuestaria y que el secretario general quiere retocar para incluir también la estabilidad financiera de la Sanidad o la Educación.

Ver los comentarios