El Santander anunció hace unos días que quiere cerrar 450 oficinas en España
El Santander anunció hace unos días que quiere cerrar 450 oficinas en España - ABC

La atonía del negocio y la digitalización fuerzan a la banca a cerrar más oficinas

Santander y Unicaja han anunciado esta semana planes de ajuste y el sector espera más recortes

MADRID Actualizado: Guardar
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El sistema financiero español ya ha ejecutado en el último lustro un drástico ajuste de red para reponerse de los excesos previos a la crisis. Según datos del Banco de España, ha cerrado 14.811 sucursales y despedido a 70.010 empleados, reduciendo en un tercio su capacidad instalada. Sin embargo, ese ajuste no ha terminado. La debilidad del negocio por la menor demanda crediticia y los bajos tipos de interés, los mayores costes regulatorios y el proceso de transformación digital fuerzan a la banca a cerrar más oficinas y ejecutar más bajas laborales para mejorar la eficiencia y la rentabilidad.

Banco Santander presentó el pasado jueves a los sindicatos un plan de reducción de su red en España de hasta 450 oficinas y unos 1.000 empleados.

En el sector se da por hecho que el movimiento del primer banco del país guiará los pasos de otras entidades.

De hecho, solo un día después Banco Ceiss, parte del grupo Unicaja, convocó a los representantes de los trabajadores a una reunión el próximo martes para iniciar la negociación de un proceso de reestructuración. La justificación es la misma: el entorno en que se mueve el negocio bancario exige medidas adicionales de eficiencia.

Con los ajustes de los últimos años, la capacidad instalada del sector en España ya se sitúa en niveles de 1982, antes de la gran expansión del sistema tras la liberalización de las cajas. Funcas, como avanzó ABC, estima que los recortes adicionales implicarán el cierre de unas 3.000 oficinas y una reducción de plantillas de otros 14.688 empleados hasta 2019.

Las cuentas de resultados de los bancos españoles son engañosas: aunque los beneficios crecen, los ingresos tradicionales del sector –lo que cobra por el crédito y lo que paga por los depósitos– suben tímidamente y en algunos casos menguan. El motivo es que los bajos tipos de interés propiciados por la política monetaria expansiva han abaratado profundamente el precio de los préstamos, y la débil actividad crediticia que aún se registra impide compensar con más volumen esos menores precios. Ante la dificultad de elevar los ingresos, el recorte de gastos se antoja inevitable para mejorar las ratios financieras, y el ajuste de red es una vía para ello.

Las ratios de eficiencia han sufrido un notable empeoramiento. Cuando esta tasa es del 50% quiere decir que para facturar 100 euros un banco gasta 50 en personal, oficinas, y otros conceptos. Lo ideal es mantener esa ratio por debajo de ese 50%. Descontado ya el Santander, BBVA, con un 51,5%, y Caixabank, con un 59,6% (incluidos los costes extraordinarios de la absorción de Barclays), registran las tasas más elevadas de entre los seis grandes bancos nacionales, por eso en el sector se apunta a que son los siguientes que deberán tomar medidas en esa línea.

La eficiencia, clave

Otra de las entidades llamadas a concentrar red es el Sabadell, que ha crecido exponencialmente gracias a la compra de seis bancos desde 2010. Prueba de ello, según los analistas, es que presenta uno de los niveles más bajos de negocio por empleado y oficina, con 13,1 millones de euros por trabajador y 103,8 millones por sucursales, junto con BBVA (11,5 y 98,9 millones) y Caixabank (13,5 y 83,6 millones).

El Sabadell ya inició un plan de transformación del modelo de gestión en el 34% de su red este año, aunque descartó cierres y bajas. BBVA, por su parte, pactó son los sindicatos el cierre de 150 oficinas en Cataluña tras adquirir Catalunya Banc, frente a las 400 que había planteado inicialmente.

Los analistas siempre apuntan a que antes o después Caixabank tendrá que hacer un duro ajuste. Sin embargo, el grupo defiende el tamaño de su red –la más extensa con 5.211 oficinas– y su modelo capilar, alegando que cuenta con sucursales con menos empleados y más eficientes.

Sin embargo, la transformación tecnológica que afronta el sector podría hacer que ese modelo de cercanía –España tiene 7 oficinas por cada 1.000 habitantes, por encima de Francia (5,8), Italia (5) y Alemania (4,3)– tenga cada vez menos sentido. Cada vez más clientes operan sólo por internet y menos los que necesitan acudir a la oficina. Por eso las sucursales están cambiando radicalmente. Cada vez son menos transaccionales y se centran en ofrecer más valor añadido a los clientes.

Pero la revolución tecnológica no afecta a las entidades solo en cómo se relacionan con sus clientes. También ha introducido en el mercado nuevos competidores digitales que ofrecen servicios de nicho y que están sujetos a una menor presión regulatoria. «Se están comiendo parte de un pastel que es muy escaso», asegura un experto financiero que solicita el anonimato.

El banco estadounidense Citi asegura en un reciente informe que esa revolución «fintech» podría hacer que un 30% de los empleados del sector en todo el mundo pierda su puesto de trabajo en la próxima década. Según el estudio, los grandes bancos recortarán 1,7 millones de empleos en todo el mundo, que se sumarán a los 730.000 puestos que ya han desaparecido en los últimos años debido la crisis.

Presión a las viejas cajas

«El sistema bancario español tiene excesos de capacidad, tanto por su escasa generación de resultado de explotación recurrente como por los vientos de cambio que soplan con fuerza en virtud de la tecnología. Si antes había dudas sobre la existencia de economías de escala, con la transformación digital ya no, lo que traerá concentración desapareciendo los grupos bancarios más flojos», explica el experto financiero y ex directivo bancario Carmelo Tajadura.

De hecho, este analista explica que las peores ratios de eficiencia sin incluir resultados de operaciones financieras son los de las antiguas cajas de ahorros: Abanca, Cajamar, Kutxabank, Unicaja, Ibercaja, Liberbank y, en menor media, BMN. Algunos de ellos, como ya informó ABC, presentan ratios de eficiencia según ese criterio superiores al 60% y cercanos al 80% en algunos casos. No es casual estas siete entidades estén llamadas a fusionarse entre sí o ser absorbidas por otras.

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