Cádiz CF

Lugo 0-1 Cádiz CF (CRÓNICA) Esto va

Barral, desde el punto de penalti y a cinco minutos del final, hace justicia tras una colección de ocasiones malgastadas por los de Cervera

Alfonso Carbonell

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Los jugadores del Cádiz CF celebran el gol de Barral en Lugo.

Qué bueno. El Cádiz CF sigue funcionando a las mil maravillas . apenas recibe ocasiones y las crea como el mago que saca palomas de su chistera. Qué alegría de equipo, qué derroche de carreritas, qué cantidad de 'uys'. Dirán que Cervera destruye, que es el antifútbol, pero qué bonita suena su banda. Hoy, en Lugo, volvió a ocurrir. El guion del técnico salió bordado. Su once sorprendió, como sorprendieron sus cambios. Y todo, otra vez, le salió a pedir de boca. Tres partidos, dos victorias y un empate. Habrá que ilusionarse aunque solo sea septiembre. ¿Sí o no?

Algo tiene Cervera que le hace imprevisible. Y con el tiempo, hasta gusta. Y gusta porque no suele equivocarse. Hoy ha salido con Salvi en la mediapunta. Y lo ha clavado porque el sanluqueño está en un momento dulce de forma y de él salieron casi todas las jugadas del peligro creado por el Cádiz CF en los primeros 45 minutos de juego, donde de haber tenido más acierto lo normal hubiera sido que los amarillos se fueran a los vestuarios con una renta favorable. Pero cuesta marcar. Vamos que si cuesta.

Apenas unos tres minutos de tanteo dejó pasar el Cádiz CF ante de poner la directa y enseñar los dientes. Sin necesidad de mediocentros, el equipo gaditano se presentó hasta en un total de cinco ocasiones en el área gallega antes de la media hora. Tener a Brian Oliván en el equipo es tener a un cuchillo por la izquierda. El catalán no se cansa de subir la banda y parece hacer una gran sociedad con Aitor, que a los cuatro minutos asistía al lateral para que el centro de este llegase a Romera, que aguantó el balón para ponerlo atrás aunque Garrido no llegó bien a empalmarla. La jugada sigiuó y acabó en un semivolea de Aitor que acabó en las manos del cancerbero local. Tres minutos después Salvi robaba un balón y lo metía en profundidad para que Romera encarase a Juan Carlos con tan mala suerte que tras superarlo el balón fue escupido por la madera.

Seguía el Cádiz CF intentándolo con criterio aunque sin centro del campo. ¿Para qué? Aitor bordeó toda el área lucense en busca de su temido disparo pero de tanto pasearse con el balón pegado a su pie acabó tan escorado que le dio por centrar para que Salvi casi rematase en la boca de gol. Una más y sin llegar al primer cuarto de hora. Lástima.

El Lugo, algo pitado por los suyos ante el dominio cadista, salió de su trinchera pero lo hizo con mucha cautela. Su hombre más adelantado, Cristian Herrera, lo intentaba desde lejos pero su zurdazo acababa dormido en los brazos de un inédito Cifuentes.

Los zagueros cadistas buscaban con insistencia a sus compañeros más adelantados. Saben del momento que atraviesa Salvi y lo buscan con alegría y fe. Así llegó una nueva diablura del hoy mediapunta, que tras recortar a un defensa lo intentó con un disparo raso y sin ángulo que acabó en saque de esquina. Brian seguía a lo suyo. Y lo suyo no es otra cosa que servir y servir balones al corazón del área. Debe desesperarse ante la falta de rematadores. En el 22' de partido puso otro balón de oro que se quedó sin dueño amarillo.

Mientras, en la otra banda, Nico y Carpio también aparecían de vez en cuando aunque con mayor intermitencia. Sin embargo, Nico se marcó un jugadón de cine pero le pasó como a Brian, que tras sortear a dos contrarios, vio como su pase de la muerte acababa despejado por un zaguero local.

El Cádiz CF mandaba sobre el campo pero no en el electrónico. El Lugo, por su parte, se conformaba con seguir en el partido e intentarlo de vez en cuando desde lejos, como Campillo con un disparo que se le fue alto previo túnel a Garrido.

El encuentro, pasada la media hora, bajó de ritmo y tanto cadistas como locales buscaron el descanso en son de paz.

El partido estaba para ganarlo. Ese es el mensaje que sin duda daría a los suyos Cervera durante el descanso. Y así de convencidos salieron los gaditanos, que al poco de la reanudación ya avisaban con un zurdazo de Aitor después de una jugada en la que Romera no estuvo afortunado a la hora de gestionar el último pase.

Pero había algo que no estaba saliendo tan bien. Y es que los amarillos pecaron haciendo faltas absurdas cerca del área con lo que le daban vida a un Lugo que no tuvo más remedio que mover el banquillo para cambiar el panorama. Francisco sentó a Campillo y dio entrada al paraguayo Sergio Díaz, con el que pretendía controlar más el balón. Y lo cierto es que lo consiguió.

También movió fichas Cervera, que sacó del campo a Aitor y metió a Barral, que pudo calcar la jugada de su gol en Córdoba tras un pase atrás de Nico que la defensa lucense acabó despejando. Ambos equipos metían pólvora y la guerra volvía a librarse hasta el final.

Se abrió el partido y comenzó el Lugo a llegar con algo más de peligro. De hecho, Fede Vico vio como Cristian Herrera cogía bien la espalda a la defensa del Cádiz CF pero su lanzamiento fue detenido por un Cifuentes muy sobrio y seguro.

Arriba, en el Cádiz CF, el panorama había cambiado. Barral y Romera formaban una dupla atacante que elaboró una jugada en la que isleño centraba y el almeriense cabeceaba muy blando. Fue la antesala de un contragolpe lanzado por Abdullah y que Salvi llevaba con maestría hasta la línea de fondo para acabar centrando a un Nico que ya celebraba el gol cuando vio que su testarazo se iba a los pies del meta del Lugo cuando el 0-1 iría poniendo ya justicia en el marcador.

Y si clara fue la de Nico, más lo fue la de Moha Traoré tras el enésimo centro perfecto de Salvi. El ex del Córdoba, que se colocó en la punta de ataque, fue con todo al centro pero su cabezazo lo repelió Juan Carlos, que si antes sacó el pie ahora ponía el hombro. Apretaba el Cádiz CF a sabiendas de que el gol debía llegar por convencimiento. Y vaya si llegó. Y de qué manera. Salvi montaba otra escapada acompañado por Moha Traoré, que cuando va arriba parece un toro indomable camino de Estafeta. El malí, cuando ya apenas se le cerraba el horizonte, pisaba área rival y era derribado por Luis Muñoz. Penalti claro y perfecta definición de David Barral, que engañaba a Juan Carlos desde los once metros.

Era el minuto 86 y todo parecía sentenciado pero el encuentro entró en una fase de locura en la que el Cádiz CF pudo perder la cabeza. Pero antes también pudo sentenciar si Moha asiste bien a Barral, que se lamentaba de la ocasión que no pudo tener cuando ya se imaginaba firmando un doblete en su segundo encuentro de amarillo. La avalancha cadista no paraba y ahora fue Nico el que metía un gran pase que Moha, otra vez Moha, cerca estuvo de empalar. El susto llegó en el descuento pero apareció el gigante, el de siempre, el que no gusta pero convence, el que parece jubilado y lleva un infantil en el corazón. Cifuentes sacaba una mano prodigiosa a un remate a bocajarro del guaraní Sergio Díaz para evitar un empate que terminó de ahuyentarlo Servando bajo palos.

No podía acabar el encuentro sin que Moha gozase de otra clarísima oportunidad pero se quedó sin el premio del gol cuando dejaba atrás el agarrón del excadista Luis Ruiz, la tarascada del meta Juan Carlos y la presión del central Bernardo. Salvados todos esos obstáculos solo le quedaba empujarla a gol pero se quedó sin ángulo y sin regalo. Una pena por él pero el silbato del árbitro daba la mejor noticia al cadismo. Acababa con victoria un encuentro en el que el Cádiz CF pudo golear pero acabó con leves síntomas de sufrimientos. Así sabe mejor. Ah, y sin Alvarito. Esto va. Esto marcha. Esto promete. Y el martes, una copita para celebrarlo en casa y con la gente. Olé.

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