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Recibimiento de la afición cadista al autobús con los jugadores del Cádiz. Los futbolistas tuvieron que bajar del autocar.
CÁDIZ CF

Espectacular recibimiento de la afición del Cádiz CF a su equipo

La afición colapsa la llegada del autobús, así que los futbolistas se bajan para llegar andando a Carranza entre vítores

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Recibimiento de la afición cadista al autobús con los jugadores del Cádiz.  Los futbolistas tuvieron que bajar del autocar.
Recibimiento de la afición cadista al autobús con los jugadores del Cádiz. Los futbolistas tuvieron que bajar del autocar.

Impresionante. La afición del Cádiz CF escribe un nuevo capítulo. Al final, ha habido recibimiento al autobús que transportaba a los futbolistas amarillos al Ramón de Carranza. Espontáneo, no organizado, y eso trajo algún que otro problema, si bien hubiera sido difícil de evitar.

El cadismo se ha echado a la calle para apoyar a sus jugadores antes del encuentro ante el Racing de Ferrol, en la primera eliminatoria del ascenso. Miles de seguidores amarillos, instalados en Telegrafía sin Hilos y en la calle que colinda con Carranza, recibía con bengalas y cánticos al autocar, que entraba desde la Avenida.

Los hinchas golpeaban el vehículo, jaleando a sus ídolos y extasiados, contagiados por la euforia. Entonces, el bus se paraba.

Aunque en principio parecía una decisión del chófer, que temía avanzar ante tantas personas tanto delante como a los lados, en realidad ha sido una avería técnica. Debido a los golpes, una de las puertas traseras se entreabría y por lo tanto el sistema quedaba bloqueado. No había manera de avanzar.

Así estaban más de un cuarto de hora. El tiempo corría y el Cádiz CF retrasaba la entrada en el estadio gaditano. La Policía Nacional se encargaba de la llegada del Racing de Ferrol por otro de los accesos. Miguel Cuesta y el presidente Manuel Vizcaíno intentaban encontrar una solución.

Entonces, varios aficionados, muchos de ellos de Brigadas Amarillas, formaban una cadena humana junto a la seguridad privada del club. Sorprendentemente, los futbolistas se bajaban del autobús y desfilaban por esa cadena humana entre muchos seguidores que los abrazaban, besaban, zarandeaban y le pedían que se dejaran el alma por esta camiseta. Entre los más motivados, Lolo Plá y Servando, deseosos de saltar al césped.

No había que lamentar incidentes pese a que se vivían momentos de tensión, con alguna trifulca sin importancia.

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