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Cádiz CF 1-0 Almería (Crónica) Aitor irrumpe de nuevo

El equipo amarillo se lleva los tres puntos pese a jugar con uno menos durante la segunda parte

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Aitor celebró su gol.
Aitor celebró su gol.

El Cádiz CF no va a descender. Déjense de cuentas, calculadoras, 50 puntos y gaitas. En cambio, el Almería ha comprado muchas papeletas para ello. Solo hace falta ver el primer tiempo del partido de ayer para darse cuenta de ello. Porque el Cádiz CF está muy por encima del conjunto almeriense. No hizo falta que los amarillos hicieran un gran partido ni nada por el estilo. Solo hizo falta abrirse un paquete de pipas, echar un vistazo al verde y ver quien manejaba el cotarro casi sin quererlo. Y ese no era otro que el Cádiz CF.

Así fue once contra once y así siguió siendo once contra diez. Porque el Cádiz CF se impone ya por inercia, casi sin quererlo.

Como ayer. En cambio, al Almería le acompañan todos los complejos de un equipo que va camino de cambiar de entrenadro y, de seguir así, de categoría.

Los de Cervera, que cumplía su último partido de sanción en la grada, mandaron casi que por decreto. En apenas unos minutos Alvarito ya había profundizado por su banda para meter un balón al corazón del área donde no llegó Ortuño. Fue suficiente para alarmar a la defensa de Casto, que poco a poco se iría convirtiendo en el jugador, sin intervenciones estelares, con mayor protagonismo del Almería.

Los minutos pasaban y el Cadiz CF seguía mandando pero sin maldad. Unas veces por la banda de Álvaro García, otras por las de Nico, pero sin la suficiente mordiente para adelantarse en el marcador. El control era absoluto para los gaditanos aunque faltaba grandes dosis de ambición en los metros finales. abdullah se movía y movía al equipo, pero arriba no estaban por la labor de darle continuidad a sus ideas.

Hubo que esperar casi que al minuto 20 para que el Almería avisara por primera vez debido a una internada de Chuli que acabó en córner tras un despeje, con las manos de por medio, de Aridane. Nada importante. Ni tan siquiera el posible penalti que nadie protestó porque no había lugar a ello.

El Cádiz CF era muy superior sobre el papel pero estaba muy lejos de llevarlo a cabo. A diez minutos para el final de la primera parte, Álvaro García volvía a la carga tras una recuperación defensiva de Abdullah y una prolongación de Rubén Cruz. Lástima que el centro del utrerano fuese desviado a córner por el excadista Nano cuando ya se cantaba el gol en las gradas ante la llegada desde atrás y para el remate de Rubén Cruz, el iniciador de la contra.

De ahía hasta el descanso, Cádiz CF y Almería firmaron 'bandera blanca' hasta la reanudación. Al partido le faltaban muchas cosas. Emoción, tensión, agresividad y hasta un poco de fútbol. Y curiosamente quien puso algo de pimienta fue el Almería, que en el primer minuto del segundo tiempo avisó seriamente con un cabezazo al palo de Corona tras un gran centro de Javi Álamo que cogía a la defensa amarilla desprevenida y algo dormida.

Y sí. El Almería despertó. Era lógico cuando se tiene en frente a un equipo que pide permiso para morder. Y si las cosas se pusieron más serias para el Cádiz CF peor se pusieron después del error arbitral que condujo al Cádiz CF a jugar con un jugador menos después de la expulsión por doble amonestación a Sankaré en el minuto 53.

El Almería avanzó metros y el Cádiz CF se recompuso con el regreso de Servando al aje de la zaga por un inexistente Nico Hidalgo. Pero el hecho de estar en inferioridad numérica no lo notó en exceso el Cádiz CF, que hasta volvió a tomar el mando del guion.

Aunque el partido parecía medianamente controlado, Cervera le seguía dando vueltas al dibujo tras la expulsión de Sankaré. Y en un cambio que extraño al respetable, el 'catequista' sentaba a Ortuño para dar entrada a Aitor y dejar a Rubén Cruz como hombre más adelantado. Lo cierto es que la modificación no causó mucho efecto y el Cádiz CF se adentraba en la recta final del choque sin luces y con muchas sombras.

Repartidos los papeles para el final, el Cádiz CF no tuvo otra que meterse atrás ante el empuje de un Almería que venía oliendo sangre desde hace tiempo pero que no supo muy bien como hincar el diente a un rival malherido.

Y cuando peor estaban las cosas, salió Aridane para cortar como un mariscal una contra almeriense y convertirla en un hachazo después de cederle la pelota a Álvaro García, que tras girar sobre sí mismo en la búsqueda de una solución acertó mandando el balón al punto de penalti, donde Rubén supo prolongar para que le llegase al recién entrado Aitor para que el onubense se sacase una rosca inalcanzable para Casto e increíble para un Carranza que se ponía a los pies de un equipo que resucita en los peores momentos.

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