Cádiz CF

Cádiz CF 1-0 Osasuna: El Cádiz CF llama otra vez a Primera

Otro gol de Barral sirve para eliminar al Osasuna y darle una nueva ilusión a la afición

Alfonso Carbonell

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Barral celebra el gol con sus compañeros.

El año pasado se quedó cerca, pero este puede que se presente ante un Primera mucho antes y gracias a la Copa. Este Cádiz CF se lo cree tanto que por creérselo lo está haciendo en una Copa donde está coleccionado lesionados, sí, pero también otro sueño. El Cádiz CF ha dejado en el camino a Almería y Osasuna, un recién descendido. Y llama a Primera para enfrentarse a uno de sus clubes. Ya será a ida y vuelta y la cuesta será más alto, sí, pero... ¿y si se sigue soñando?

La Copa es para los menos habituales y, sobre todo, para dar descanso a los más cargados de partidos. Y por eso mismo Cervera estaba en la obligación de darle un respiro a Garrido y Servando, dos pesos pesados que llevan a sus espaldas cantidad de minutos. De la misma manera que estaba en el deber de sacar de nuevo a Barral, que había sido noticia (de las malas) en Oviedo. El isleño no solo fue titular sino que también salió portando el brazalete de capitán y ni necesidad tuvo de pedir perdón por su incomparecencia en el Tartiere gracias a su testarazo que abría el triunfo. Tenía tantas ganas de celebrarlo con la afición que volvió a olvidarse (ante el Almería en Copa también le pasó) del mago que le había servido otro gol en bandeja. Otro gol de Barral, que falló un penalti con el tiempo superado, le sirve al Cádiz CF para medirse a un Primera en octubre.

Salió el Cádiz CF con bandas nuevas y aires frescos. Como el que le ha entrado en esta campaña a Nico, que en su primera intervención, y tras controlar de tacón un centro pasado de Barral, se adentraba en el área hasta la línea de cal para meter un pase de la muerte con todo el sentido del mundo aunque ninguno de sus tres compañeros olió bien la jugada. Sin mucho fútbol, sin apenas trenzar jugadas, lo cierto es que el Cádiz CF intimidaba a la zaga navarra con simples cabalgadas de sus hombres más adelantados. Como una de Barral, que tras insistir en un balón que se perdía por línea de fondo tras un pase de Moha Traoré, conseguía no solo atraparlo sino llevarlo hacia el arco de Manu Herrera hasta que inexplicablementeue se paró para pedir manos al linier cuando toda la ventaja seguía siendo suya. Las cositas de Barral... Para colmo, cuando la jugada siguió y Lucas Bijker metía un más que aceptable centro, el isleño aún seguía con su rebote con el asistente de Ais Reig.

Hubo que esperar un cuarto de hora para que un cabezazo a bocajarro de Unai García estrenase los guantes de Yáñez, que sacó rápido para comenzar a edificar lo que pudo ser el primer gol del Cádiz CF después de que Moha rescatase un balón cerca del córner para poner un centro en la boca de gol a Nico Hidalgo, que llegó tan veloz que no pudo amortiguar un golpeo que se le fue alto cuando ya no había ni portero.

Dominaba el Cádiz CF y lo hacía a base de recuperaciones y salidas rápidas. Precisamente, en un robo de Barral a la zaga pamplonica pudo producirse el primer tanto si el zurdazo del isleño desde la media luna encuentra la escuadra.

Tenían los suplentes las ideas claras , tan claras que en la enésima pérdida de balón del Osasuna en campo contrario Abdullah mandó a correr a por su banda a Rober Correa para que el lateral prolongase la jugada hacia Moha Traoré que con un centro magnífico le daba más de medio gol al cañonero Barral, que no perdonaba en la boca de gol con un testarazo impecable. Ante la grada, absuelto.

Apenas recibió el gol, el Osasuna adelantó metros y encerró a un Cádiz CF loquito por encerrarse y salir con los ojos cerrados en cualquier contra que se montase. Abdullah era el creador y las alas las ponían sus compañeros. Tan pronto era Lucas el que abría el campo como Nico lo cerraba o Traoré lo ensachaba. El caso es que daba gusto jugar a un equipo tan ceñido a la idea que ha coronado Carranza con el beneplácito de hasta los más reacios a todo. Se gustaba tantos el Cádiz CF que se permitía privilegios que detesta su entrenador, pero cuando se concedía alguna ventaja aparecía Correa para, todo raza, rebañarle un balón a De las Cuevas cuando el navarro se internaba en el área cadista.

Y si la primera parte acabó con dominio gaditano, la segunda salió el Osasuna mejor plantado. Fruto de ello fue un primer disparo razo y escorado de David Rodríguez, que había recibido entre líneas y dentro del área gaditana, al que Yáñez  respondió seguro por bajo. Insistió el Osasuna, que había salido decidido a poner las cosas en su sitio.

Se pudo quitar de encima el Cádiz CF el dominio inicial del Osasuna, si bien las cosas habían cambiado de color porque eran los navarros los que mandaban sobre el verde. Lo pasaban mal los hombres de amarillo , que comenzaban a correr detrás de la pelota mucho más de lo deseado. Lo peor, que el balón apenas lo podían retener. Peor aún, el Osasuna había tirado de galones.

El Cádiz CF, ahogado, solo podía echarse en brazos de la velocidad de Moha y, como no, de una afición que se volcó con los suyos en el peor momento. Algo que nunca se deja de agradecer. Embotellado su equipo, Cervera quiso darle aire con Salvi y músculo con Garrido. Por si faltaba algún aliciente para incrementar la tensión apareció Ais Reig, el árbitro. Se empeñó en pitarle todas las faltas en contra, amonestó a Aitor en el banquillo, se encaró con Carrillo y amonestó a Abdullah por gritarle. El lío ya estaba formado y en ese cóctel Carranza entra al trapo de lo lindo. Y entró.

Mientras tanto, el Osasuna seguía a lo suyo. Y lo suyo era encerrar a un Cádiz CF que se defendía como podía. Y pudo bien. De hecho, un par de prolongaciones de cabeza de Carrillo hacia Nico propiciaron dos jugadas donde se pudo sentenciar. Salvi, ya entonado, también se sumó para que el Cádiz CF acariciase el pase poco antes de que Barja, con un zurdazo cruzado, silenciase un estadio que volvió a venirse arriba con una jugada estelar de Salvi, que dejó atrás a tres defensas para ceder a Barral, que muy forzado no pudo firmar su doblete. Había que seguir sufriendo... hasta que Salvi quiso, porque lo del sanluqueño no es medio normal. Ya era el descuento cuando el veloz extremo corrió como un galgo hacia una pelota dentro del área navarra para sorterar, en apenas un palmo, a dos defensas contrarios y caer derribado en un penalti que fallaría Barral segundo antes que Ais Rey señalase el camino de los vestuarios y de los dieciseiavos de final donde puede esperar un Primera.

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