El festival abrió su 31ª edición con un sentido homenaje al gran coreógrafo Maurice Béjart
El festival abrió su 31ª edición con un sentido homenaje al gran coreógrafo Maurice Béjart - ABC

Peralada levanta el telón por amor a Béjart

El festival abrió su 31 edición con un sentido homenaje al gran coreógrafo Maurice Béjart a diez años de su desaparición y cuando se cumplen 30 años de la creación del Béjart Ballet Lausanne

Castell de Peralada Actualizado: Guardar
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El Festival Castell de Peralada (Girona) levantó el telón de su 31ª edición con un sentido homenaje al gran coreógrafo Maurice Béjart a diez años de su desaparición y cuando se cumplen 30 años de la creación del Béjart Ballet Lausanne, compañía que dirige el heredero del legendario creador, Gil Roman, y que lucha por conservar el legado del que fuera uno de los revolucionarios del ballet neoclásico.

La velada comenzó con el estreno en España de este homenaje que pudo verse por vez primera en diciembre del pasado año y que arranca con «t’M varations…», del propio Roman, obra nacida de la diaria relación epistolar entre Béjart y Roman y que este último nunca contestó. He aquí la respuesta: una obra coral, con un espléndido aparato musical en directo a cargo de Thierry Hochstätter y J.

B. Meier con chispas autobiográficas que equilibra el trabajo de grupo e individual en el que destacan ese precioso trío (o triángulo amoroso) sobre el acorde de Tristán distorsionado o la escena de las zapatillas de punta, con un simpático solo de la catalana Elisabet Ros, en espléndida forma técnica y expresiva. Un homenaje personal que en 50 minutos recorre diversos aspectos de la relación entre maestro y discípulo que permite apreciar la espléndida salud de la compañía suiza.

Pero sin duda lo que se esperaba con ansias era el otro homenaje que Gil Roman imaginó para su maestro: «Béjart fête Maurice», una selección de obras de Béjart que no incluye éxitos seguros (como «Boléro») sino otros mucho más emotivos. Beethoven resuena tanto al comienzo como al final, un paréntesis que mira a ese creador que rompió moldes y esquemas para aplicar sus innovaciones, desde «1789.. et nous» (1989), el hermoso paso a dos de «Héliogabale ou l’anarchiste couronnes» (1977) con la española Carme Andrés, o el romántico dúo sobre «Geh'n wir in's Chambre séparée», de Richard Heuberger y en la voz de la Schwarzkopf, con Elisabet Ros y Julien Favreau (1981), sin olvidar, por supuesto la mítica y revolucionaria «Bhaki III» (1968), ahora con una espectacular Kateryna Shalkina (y sin el recordado Óscar Chacón). Para el final quedó un conmovedor fragmento de la «Novena Sinfonía» de Beethoven que retoma con buen tino el homenaje que Béjart hiciera en 1989 al bicentenario de la Revolución Francesa, un canto a la libertad, a la música y al amor por la danza a cargo de toda la compañía.

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