«Juan José», la obra maldita de Pablo Sorozábal, ve finalmente la luz

El teatro de la Zarzuela acoge el estreno absoluto de la versión escénica de la ópera, compuesta hace casi cincuenta años

Madrid Actualizado: Guardar
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Si hay un título maldito en la historia reciente de la lírica española ese es «Juan José», un drama lírico popular en tres actos de Pablo Sorozábal, basado en una obra de Joaquín Dicenta. El compositor la concluyó en 1968, y su estreno ha estado previsto en dos ocasiones -1979 y 1989-, pero no verá la luz en su versión escénica hasta el próximo viernes, cuando se estrene en el teatro de la Zarzuela, bajo la dirección musical de Miguel Ángel Gómez Martínez y la dirección escénica de José Carlos Plaza. El reparto incluye a Carmen Solís, Silvia Vázquez, Milagros Martín, Antonio Gandía, José Ángel Ódena, Rubén Amoretti, Ivo Stanchez, Néstor Losán, Lorenzo Moncloa, Ricardo Muñiz, Elena Rey, Roxana Herrera, Manuel Rodríguez y Ramón Farto.

«Es una gran obra que vamos a descubrir -dice Gómez Martínez-; Sorozábal la consideraba su gran obra maestra, y yo creo que tenía razón. Su composición se aleja de lo que él mismo nos tiene acostumbrados». Confiesa el director granadino que él estaba en deuda con la obra y con Sorozábal. «Le conocí en Berlín en 1974 -recuerda- y congeniamos muy bien; dicen que era un hombre muy difícil, pero yo no tuve esa impresión. Desde el primer momento coincidimos en nuestra manera de pensar y de ver la música; me habló de “Juan José” y me dijo que yo tenía que estrenarla».

Las exigencias artísticas de Sorozábal, que impidieron su estreno en 1979, volvieron a ser un obstáculo en 1989, cuando por iniciativa de Gómez Martínez se programó su estreno en el teatro de La Zarzuela. «Había problemas con el reparto que él quería y luego, tras su muerte, el proyecto se fue diluyendo hasta que se perdió».

José Carlos Plaza no quiere pensar en todo lo que rodea a la obra, y solo quiere pensar en ella como una pieza «admirable, que toca el corazón y que va a dejar al público boquiabierto. Es un drama enorme; no llega a la tragedia porque está por medio el azar, que es un elemento fundamental en la obra: la mala suerte, el mal fario está en toda la función». Drama «proletario», Plaza piensa que seguramente esto influyó en la suerte que corrió «Juan José». «Es una obra muy dura, durísima -explica-, es un “Woyzeck” español que habla de la miseria, el paro, la violencia de género, el arribismo, la corrupción... Parece que está escrita hoy». Pero ha pasado medio siglo. «Sorozábal cree que en el ser humano hay una bondad innauta, y que son las circunstancias las que lo deforman, lo malversan y lo corrompen; sacan lo peor del ser humano. Yo les he dicho a lo cantantes que aquí todos son antihéroes».

Sorozábal, cuenta Plaza, «toma las raíces populares más profundas y las lleva a un mundo contemporáneo». «Hay en la partitura -tercia Gómez Martínez- chotis, mazurka, pasodoble, un zapateado... Muchas formas populares, pero llevadas al terreno de lo culto. Es una obra más avanzada armónicamente y contrapuntísticamente que el resto de sus obras; la partitura refleja también la historia que cuenta, terrible y espeluznante, con un estilo verista, con unas armonías atrevidas que en ocasiones chocan incluso a los músicos de la orquesta, y con los que logra unos efectos dramáticos muy marcados».

Último gran compositor de nuestra zarzuela -«Juan José» es una ópera sin partes habladas-, Pablo Sorozábal creó una partitura muy actual. «Escuchando el otro día el segundo acto -dice José Carlos Plaza-, creo que el maestro hizo una cosa extraordinaria. Yo estaba oyendo a Kurt Weill, a Igor Stravinski, a los grandes de la música del siglo XX y a través de pocas notas, de muy pocos compases, de raíz popular, que él convierte en contemporánea.

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