La huella de Margarita Xirgu en Uruguay

El 18 de julio de 1936, Margarita Xirgu se encontraba en La Habana. La actriz, una de las grandes leyendas del teatro español e iberoamericano, se había embarcado unos meses antes en una gira que el estallido de la guerra habría de convertir en interminable. Margarita Xirgu no volvió a España. En los años posteriores, la actriz viajó con su compañía por Argentina, México. Colombia, Uruguay, Cuba, Perú y Chile. En 1949, y después de la frustración que le supuso la prohibición por parte de las autoridades peronistas de representar en Argentina «El malentendido», de Camus, tres días después de haber estrenado la obra, recibió la llamada del Gobierno uruguayo para que fundara y dirigiera en Montevideo la Escuela Municipal de Arte Dramático (EMAD) -hoy Escuela Multidisciplinar de Arte Dramático Margarita Xirgu-, y que al tiempo codirigiera la Comedia Nacional, creada dos años antes.

Desde entonces, Montevideo se convertiría en su hogar; allí moriría, el 25 de abril de 1969, y allí, en el cementerio del Buceo, la actriz sería enterrada.

«Uruguay era entonces un país con una democracia muy sólida -explica José Miguel Onaindía, coordinador general del Instituto de las Artes Escénicas uruguayo-. Tenía unas ideas democráticas muy claras y se convirtió en una tierra de refugio para los antifascistas». El presidente, entonces, era Luis Conrado Batlle Berres (cuyos ancestros eran precisamente catalanes), creador de una corriente política denominada «neobatllismo».

Ambiente propicio

En este ambiente democrático encontró Margarita Xirgu, que ya había visitado Uruguay en varias ocasiones anteriormente -la primera en 1913- el ambiente propicio para desarrollar su trabajo artístico y pedagógico. La EMAD se inauguró oficialmente el 12 de noviembre de 1949. Su sede, igual que la de la Comedia Nacional, era el teatro Solís, situado a escasos metros de la plaza de la Independencia, corazón de Montevideo.

«Se ha dicho de mí que fui la iniciadora del resurgimiento teatral juvenil de América -dijo Margarita Xirgu en una conferencia pronunciada el junio de 1951 en el Paraninfo de la Universidad de Montevideo. En realidad no hice más que captar el entusiasmo que estaba latente en el ambiente y transmitirles el mensaje que se había iniciado en España, primero con el conjunto teatral El Caracol, dirigido por Cipriano Rivas Cherif y cuyas representaciones se daba en la casa de Pío Baroja».

«Margarita Xirgu marcó sin duda un estilo de actuación que todavía sigue vivo en nuestros actores -asegura Onaindía-. Y no solo eso; también sigue un novedoso camino en lo teatral. No solo estrena a García Lorca -que había visitado Uruguay en 1934-, sino creó un repertorio en el que los textos clásicos se mezclaban con los dramaturgos contemporáneos». Entre los estrenos de los primeros años de la actriz al frente de la Comedia Nacional figuran «La patria en armas», del autor uruguayo Juan León Bengoa; «Bodas de sangre», de Federico García Lorca; «El malentendido», de Albert Camus; o «La loca de Chaillot», de Jean Giraudoux, junto a «La Celestina», de Fernando de Rojas; «Peribáñez y el Comendador de Ocaña», de Lope de Vega; o «Tartufo», de Molière.

Comedia Nacional

«La Comedia Nacional tenía entonces un cuerpo estable de treinta actores, y su repertorio crecía con una media de seis estrenos anuales», recuerda Onaindía. A los repartos se fueron incorporando poco a poco alumnos de la EMAD, entre los que destacó pronto Estela Medina, de la primera promoción de la escuela, y que es una de las grandes damas de la escena iberoamericana. También allí se formarían Walter Vidarte (también de la primera promoción), establecido en España durante muchos años; Thelma Biral, una destacada actriz argentina; China Zorrilla, intérprete uruguaya establecida en Argentina desde los años setenta; y el actor español Sancho Gracia, egresado de la escuela en 1959.

El escritor Antonio Larreta recordaba en 1997, con motivo del Cincuentenario de la Comedia Nacional, que Margarita Xirgu «formó en dos o tres años a un grupo notable de actores jóvenes, imprimiéndoles sobre todo una severa disciplina, pero el tiempo se encargó de separar a los extraordinariamente dotados de los mediocres»,

Maestra y actriz

José Miguel Onaindía asegura que «la influencia de Margarita Xirgu en el tejido teatral uruguayo es muy grande. Hoy todavía se aprende verso siguiendo su estela». Onaindía, que cree que la huella de la actriz catalana en el país suramericano es todavía mayor como maestra que como actriz, destaca de ella dos aspectos en la formación actoral. «Por un lado, el trabajo sobre la voz y las posiblidades que ofrecía de interpretar el verso. Y por otro, la solidez que demostraba en la creación de cada personaje».

En ello abunda Daniela Bouret, actual directora del Teatro Solís, y directora del archivo digital que documenta su presencia en Uruguay, Argentina y Chile, y que fue editado en DVD en abril de este año: «La Xirgu fue protagonista de un tiempo fundacional en la cultura artística, de un tiempo de puesta en marcha de políticas culturales públicas que ayudó a consolidar, introduciendo la novedad en sus textos, la rigurosidad en sus prácticas, el ascetismo en el oficio».

Con motivo de la presentación del mencionado archivo, que incluye más de tres mil documentos sobre la presencia de Margarita Xirgu en Iberoamérica, Gonzalo Vicci, su codirector,m dijo: «Ella fundó en Uruguay una forma de actuar en el escenario, una forma de interpretar los clásicos españoles, de trabajar en los teatros a la italiana y la impronta de la formación de los actores. Los que se formaron con ella tienen un sello propio».