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En los bloques

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Me voy a tirar por los bloques», es expresión gaditana que anuncia fingida intención suicida o muestra exagerada de desespero. Se conoce como 'los bloques' a una escollera artificial que la ingeniería Hidrocivil construyó en los años cuarenta para proteger los lienzos sur de la muralla que circunda nuestra ciudadela marina, desde el Baluarte de los Mártires y hasta el de San Roque, a todo lo largo del Campo del Sur, trasera antaño pobre de una ciudad abierta a las aguas mansas de la Bahía, y aquí batida por la furia del océano al que en este trecho se denomina Mar de Vendaval. Configuran la escollera un conjunto de cubos de hormigón adosados a la propia muralla, lo cual supone un grave error proyectual pues funcionaría mejor si la barrera se hubiese levantado sobre las aguas levemente adelantada con relación a los muros de piedra ostionera, y así la rompiente se produciría en franja separada, creando una lámina de aguas sosegadas entre la misma y la antigua muralla que así resultaría mejor protegida. Menos aún puede servir la escollera a intentonas suicidas, pues quien se tirase desde el pretil del Paseo del Sur al roquedal sufriría tal cantidad de tropiezos dolorosos que no dudaría en suspender tan penoso adelanto del final de su vida. Afortunadamente el arrecife de hormigón solo se utiliza para: pescar, tomar el sol o bañarse en agua de mar. Aún así, para reprochar desapego se usa la expresión: «pasas más de mí que de tirarte por los bloques».

Sin embargo el proyecto del ingeniero donostiarra Juan Córdoba resultaba francamente interesante pues consistía en unos cofres huecos de hormigón armado que flotaban, facilitando así su colocación, luego se rellenaban de hormigón en masa adquiriendo ya la solidez precisa. Ese procedimiento facilitaba la construcción de escolleras, y la patente se utilizó en otros lugares con mayor éxito funcional. En los ochenta, el artista Miguel Valencia realizó una serie de pinturas representando con acierto esta escollera que caracteriza la franja sur de la ciudad. Cerca del Baluarte de San Nicolás, uno de los bloques se ha pintado como un dado de juego a la manera de las intervenciones sobre el paisaje de Agustín Ibarrola.