PAN Y CIRCO

SIN APENAS RUIDO

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Entre tanto ruido generado por Messi, Mourinho y compañía, se cuela curiosamente a 'sotto voce' el espectáculo del motociclismo. El deporte que más alegrías ha generado a este país busca el altavoz mediático para al menos equipararse a la Fórmula Uno, el ejemplo perfecto de cómo vender televisivamente un producto al rebufo del efecto Alonso. Pero si el espectáculo de Ecclestone tiene al ovetense como reclamo en la península, las dos ruedas cuentan con muchos 'alonsos', dos o tres en cada categoría dispuestos a recuperar el reino en las tres disciplinas.

Merece sin duda mayor atención que la que últimamente se le presta en prensa, que en su guerra con la competencia atenta contra la información básica y general. Pero aunque arranca lentamente, a ralentí, en cuanto el semáforo se pone en verde multiplica sus revoluciones para acabar con un final de infarto. Pocos deportes pueden presumir de mantener el misterio hasta el final, hasta el último segundo, en cada prueba y muchas veces en cada Mundial.

Las expectativas esta temporada son máximas. Los ingredientes que ofrece el mundial de Motociclismo obligarán a permanecer, cada dos semanas (aproximadamente), frente a la pequeña pantalla. El primer gran motivo para no perderlo de vista es que Cádiz ha puesto a dos de sus chicos en el escaparate internacional. El gaditano Moncayo y el portuense Iván Moreno llenarán de orgullo a la Bahía con su deslizaje sobre el asfalto. En Moto2 no hay aficionado a este mundillo que no espere con deleite las travesuras del 'pipiolo' Marc Márquez. Y en MotoGP... palabras mayores. Si la temporada se presenta solo la mitad de emocionante como la primera carrera de Catar, es para no despegar el ojo del televisor. Lorenzo, Pedrosa y Stoner completan un trío de campeones, con una competencia que mantendrá a todos en vilo hasta la última trazada. Entonces habrá mucho ruido.