De la seguridad al miedo, un paso

Del todo a la nada el límite es prácticamente imperceptible. Una buena actuación puede sacar a flote el trabajo de toda una temporada mientras que un tropiezo, ponerlo en serio peligro. Es la situación que está marcando esta temporada la pelea por la permanencia en Tercera división, donde parece que los representantes gaditanos comienzan a entonarse tras varias semanas inmersos en muchos problemas.

Lo hizo el Portuense el pasado Jueves Santo con el golpe sobre la mesa que dio al vencer en Marinaleda, dejando muy tocado a un rival directo por el objetivo, y lo pueden hacer hoy el Cádiz B y el Conil si son capaces de sacar adelante sus partidos ante la Peña Deportiva Rociera y el Pozoblanco, respectivamente.

Al equipo de David Galisteo, los tres puntos le sirvieron para salir de los puestos que conducen a Primera Andaluza tras prácticamente una vuelta metidos de lleno. A los de Juanma Carrillo y Kiko Prieto les pueden valer para dejar prácticamente sellada su permanencia un año más en la categoría.

El filial es el que lo tiene relativamente más fácil, aunque también es el que ha de tener más cuidado. El conjunto nazareno que visita este mediodía el Rosal ya sabe lo que es ganarle a los gaditanos. Lo consiguió en la primera vuelta y ahora en este tramo final de campeonato necesita repetir gesta más que nunca. Si ganan los de casa, alcanzan los 39 puntos y ya solo habría que sumar tal vez cuatro o cinco puntos más de los 18 que faltarían. Si lo hacen los sevillanos, el descenso podría volver a quedarse a solo uno o dos de distancia, y la recta final de liga se complicaría más de lo que se espera.

El entrenador isleño pierde para este partido a Tiri, expulsado la pasada semana en Ceuta, donde el equipo sacó un gran resultado ante el Murallas. Los sevillanos, por su parte, tampoco van a poder contar con Carlos del Valle por este mismo motivo.

No debe tampoco descuidarse el Conil pese a que en las últimas semanas está siendo capaz de sumar al ritmo que le hace falta para no complicarse la vida. El Pozoblanco, aunque está en tierra de nadie, todavía no está matemáticamente salvado y a buen seguro irá a dar guerra al Municipal Pérez Ureba. Por eso los de casa han de dar la talla para evitar una sorpresa que podría volver a acercarlos a la zona complicada.

Todo lo contrario ocurriría si el equipo que entrena Kiko Prieto ganara. Alcanzaría la barrera psicológica de los 40 puntos y también podría vivir un final de campeonato bastante cómodo. Migue será una ausencia importante en defensa que mermará el potencial de los amarillos.

Tanto ellos como Cádiz B, Portuense e incluso Arcos, que ayer no tuvo nada que hacer con el líder, mirarán muy de cerca lo que ocurra esta tarde entre el San Fernando y el Murallas de Ceuta. Todos esperan que los azulinos no le den vida a un equipo que pareció reaccionar pero que vuelve a verse medio hundido.

Además, los isleños están inmersos en la pelea por el segundo puesto y no pueden permitirse fracasos de tal calibre. Para tamaña empresa, Iriondo no contará con Raúl López, pero al menos recuperará a su hombre gol, Pedro Carrión.