Crisis industrial

La Bahía busca un rumbo para el despegue

El modelo industrial está agotado y los analistas urgen trazar una estrategia con independencia de lo público

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La Bahía de Cádiz vuelve a revivir otro de esos momentos trágicos que perduran en el tiempo y que se instalan como una foto fija de la economía provincial. Es como un 'dejavú' laboral permanente. De nuevo se suceden los cierres de factorías, los expedientes de regulación de empleo, la masa de trabajadores en las puertas de unas fábricas que se han quedado sin actividad.

En poco menos de una semana Gadir Solar, uno de los iconos del Plan Bahía Competitiva, ha presentado un ERTE para 209 trabajadores ante la falta de carga de trabajo, mientras que la multinacional Visteon, no se ha andado con rodeos y ha optado por cerrar su planta de El Puerto para trasladar la producción a China y Hungría. Un mes antes, Alestis, la joya de la corona de la Junta, firmaba otro ERTE para 196 empleados alegando escasa actividad industrial. No son las únicas heridas que deja la crisis en el tejido industrial gaditano. En 2009, las diez empresas que estaban previstas que se instalarán en Cádiz para absorber la mano de obra que había dejado el terremoto de Delphi empiezan a caerse y a excusar su presencia en la Bahía ante la falta de financiación.

En estos tres años, la Junta ha intentado apuntalar un sistema productivo a golpe de ayudas públicas. Casi un millar de empresas de la provincia se han embolsado desde 2008 más de 132 millones de euros en subvenciones y, sin embargo, su efecto en el empleo ni siquiera se ha visto. Al contrario. La tasa interanual de paro en la provincia se sitúa en el 30%, frente al 21% de media nacional. Las mayores ayudas han ido a parar a empresas aeronáuticas y a firmas relacionadas con las energías renovables.

En este contexto, el delegado provincial de Empleo, Juan Bouza, hacía una valiente reflexión en LA VOZ y reconocía que algo se está haciendo mal. No es normal tanto esfuerzo económico para tan malos resultado. La reflexión de Bouza no es baladí y ha tenido eco entre los empresarios y los analistas económicos. La expertos se preguntan hoy ¿qué quiere producir Cádiz?. ¿Cuál es su orientación y su modelo económico? En el pozo del fracaso surgen los reproches. Es decir, se ha destinado dinero público a un abanico de industrias de distintos sectores sin haber definido previamente una estrategia.

¿Cuál es el futuro industrial de Cádiz? Una provincia no puede ser referente eólico, naval, aeronáutico, solar. Esa misma reflexión la han hecho muchos de los expertos consultados. Insisten en que hay que apostar por un modelo claro de producción, como indica Javier Fernández, gerente del Colegio de Economistas de Cádiz.

Conciencia de cambio

La esencia industrial de la Bahía ha sido la automoción y la construcción naval. Sin embargo, se echa en cara ahora que las administraciones hayan lanzado anzuelos en varios sectores estratégicos sin priorizar. En estos momentos, la Bahía tiene un contingente de parados formados en energías renovables que no encuentran salida porque se trata de un sector que, pese a los incentivos, no ha encontrado su camino ni su rentabilidad. La Bahía, por tanto, necesita reorientar sus recursos y definir su futuro.

Para ello la unidad y el diálogo entre los agentes sociales resulta fundamental, tal como expone Emilio Medina, presidente de la Asociación de Transitarios del puerto gaditano, uno de los principales motores de la zona.

La apuesta por la exportación y la internacionalización siempre ha sido el último recurso cuando las cosas se ponen feas. Y la mejor muestra es la cantidad de empresas que recurren bien a la Cámara de Comercio o a la Junta para participar en las acciones comerciales en el exterior.

José Manuel Cossi González, director del departamento de Innovación, Turismo y Proyectos de la Cámara gaditana, señala la importancia de renovar el modelo productivo de la Bahía. Las grandes plantas industriales de montaje no parecen ser la alternativa y a la vista están los resultados de los últimos años. En su opinión, la mejor apuesta es la innovación y la captación de capital andaluz que ofrezca garantías de permanencia, porque una multinacional extranjera siempre puede levantarse e ir a buscar mano de obra más barata en países emergentes. Ya ocurrió con Delphi y ahora todo parece indicar que el caso Visteon es otro ejemplo de deslocalización.

El director de Analistas Económicos de Andalucía, Francisco Villalba, se centra en el uso de los incentivos y señala que el objetivo de esas ayudas debe ir más allá de conseguir un centro en el que instalarse. Hay que vincular a los núcleos de decisión de las empresas y apostar por el diseño y la investigación y el desarrollo.