El comedor ya está listo, «sólo falta desembalar los muebles», como explica Pascual Saturio. :: M. GÓMEZ
CÁDIZ

La Patrona quiere compañía

La Fundación Gerón gestionará la residencia de mayores que contará con 46 plazas y generará 30 puestos de trabajo Santo Domingo ultima los permisos para abrir su geriátrico en octubre

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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«Quien se encuentre atribulado en este mismo suelo que venga a mí confiado y en mí hallará su consuelo», reza un mosaico nada más atravesar el dintel del Convento de Santo Domingo. Y precisamente consuelo es lo que van a recibir sus nuevos moradores. Si la casa de la Patrona ya era un lugar silencioso en el que reencontrarse con uno mismo, desde octubre lo será aún más. Esa es la fecha en la que ya no hará falta ingresar en la orden dominica para encontrarse con la paz interior de los muros y columnas centenarias que protegen a la Virgen del Rosario.

Para ese entonces los casi tres años de proyectos, obras y permisos quedarán atrás para recibir a la residencia de ancianos que devolverá la vida al convento. En total serán 46 plazas las que ofertará la Fundación Gerón en el sagrado espacio. Además, los dominicos se reservarán 6 plazas para frailes de la orden. Porque la casa de la Patrona se convertirá en residencia, pero seguirá siendo convento. Seglares y religiosos dominicos compartirán un espacio remodelado, con todas las comodidades actuales pero con sabor centenario.

Sólo así se puede explicar que los ancianos puedan realizar sus ejercicios psicomotrices y sus tertulias tras las vidrieras que dan a la misma iglesia de Santo Domingo. O que su paseo alrededor de la primera planta del claustro pueda terminar en el mismísimo coro de la iglesia «en el que poder saludar a la Patrona», como explica ilusionado el padre Pascual Saturio, administrador y actualmente único morador del convento.

Pero su solitaria presencia será por poco tiempo. Las butacas de los pasillos ya están en su sitio, las mesas ya están puestas con sus manteles y las camas ya están hechas. Todo listo «a la espera de los últimos permisos», como explica el gerente de Gerón, Javier Merino. «Ahora mismo estamos aguardando la acreditación de la Consejería de Asuntos Sociales. Cuando nos la den, comenzaremos con la selección de personal», puntualiza Merino. En total, la residencia concertada creará 30 puesto de trabajo, «todos para gaditanos». Y tras la acreditación y el concierto, la burocracia permitirá la vuelta a la vida del convento.

Filosofía dominica

Merino se muestra ilusionado y paciente a partes iguales: «Estamos muy contentos porque vamos a pasar a tener presencia en la ciudad en dos centros muy emblemáticos, San Juan de Dios y Santo Domingo. El sello de los dominicos y la Patrona es muy fuerte». Sin embargo, Saturio se reconoce algo impaciente: «Nos han mareado con cientos de licencias y papeleos».

Obstáculos que era necesario salvar para llegar al triple objetivo de Saturio: «Compatibilizar un uso social con un monumento como Santo Domingo, buscar a un fundación competente que encajara con la filosofía de la orden y conseguir que todos compartamos espacios». Porque es uno de los aspectos que el fraile dominico más quiere resaltar. Las distintas estancias del Convento «estarán abiertas a todos». Así, la orden sólo se ha reservado una sala de estar «sin cerradura» y sus habitaciones están salpicadas en las dos plantas de la residencia «sin separaciones de ningún tipo».

Como el propio Saturio describe, «la residencia será un espacio compartido». Un lugar en el que descansar y pasar los postreros años de la vida rodeados de arte y espiritualidad. Con una oferta así no es de extrañar lo que afirma Merino: «Las plazas las lleva la Consejería pero ya hemos atendido a mucha gente interesada. Y me consta que en la Consejería están igual».