NO QUIERO SER ALCALDE

Después de leer lo que dice el señor alcalde de Huelva -que no sé a qué partido pertenece, ni me importa- no deseo ser alcalde. Dice este político que se ha visto obligado a bajarse el sueldo, de 97.000 euros anuales a 79.600. A continuación dice esta frase: «Ya veremos quién quiere entrar en política con los nuevos sueldos».

Después de leer esta declaración, a una gran mayoría se nos queda cara de tonto. O este alcalde se cree que lo somos. Me gustaría saber qué pistola le pusieron en el pecho para que se hiciera político. También me gustaría saber cuántas oposiciones tuvo que hacer para alcanzar ese puesto tan mal retribuido.

Algunos ejemplos para este alcalde: un catedrático de Física e Investigación; una catedrática titular de Derecho; un catedrático de cualquier rama de medicina; o el cirujano jefe del servicio de cirugía de un hospital. Ninguno de estos sueldos está más allá de los 40.000 a 55.000 euros brutos anuales. No comparemos las responsabilidades de estos señores con los de un alcalde, ya que éstos descargan las suyas normalmente sobre los técnicos.

Lo que no cuenta este alcalde, mal pagado, son las prebendas que reciben aparte del sueldo. Léase dietas, coche oficial, viajes pagados, comilonas... Sin entrar en demagogia de ninguna clase, qué le puede entrar por el cuerpo a ese parado con familia a su cargo, el que tiene que ir a coger algo de comida a un centro de caridad, o al chaval que ha acabado la carrera y está preparándose una oposición.

Por favor, midan un poco más sus declaraciones, de forma que no hieran más a tantas personas que atraviesan por una etapa dificilísima.