El talento de Torrens enmarca una semifinal histórica

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Alba Torrens, el talento más clarividente que ha dado el baloncesto femenino español hasta el momento, marcó en Turquía una muesca histórica para su carrera y para su deporte. Con una gran actuación en las semifinales del Mundial, la balear empujó con el acierto de su muñeca y con su lucidez natural en la cancha un nuevo paso adelante. Contra Turquía, en un campo preparado para apoyar a las locales, la mallorquina que militó en el Galatasaray durante varias temporadas rescató a sus compañeras en el momento de duda y canalizó el buen trabajo colectivo en un último cuarto que desniveló el duelo a favor de las de Lucas Mondelo.

La igualdad condicionó un primer cuarto en el que el elevado acierto de las jugadoras de ambos equipos logró superar a las buenas defensas. Torrens, con 7 puntos, lideró el ataque español en el período inicial, en que a pesar del elevado tanteo (19-20) ninguna de las dos escuadras sumó más de cuatro puntos en la pintura. En este inicio, la iniciativa procedió de las turcas, quienes con ayudas en defensa bien trabajadas acabaron con cualquier posibilidad de contragolpe para las españolas.

El segundo cuarto prolongó el protagonismo de las tareas de destrucción, mientras que la puntería de ambos bandos se redujo considerablemente Así, Sander capitalizó los mejores momentos de las euroasiáticas con 12 puntos y 5 rebotes defensivos en una lucha con Sancho Lyttle en la que la española de origen caribeño logró sacar a la peligrosa Yilmaz por su acumulación de personales. Tras el descanso, las turcas se aplicaron de nuevo en defensa y los problemas de las españolas precipitaron su mayor desventaja (32-39). Sin embargo, en el momento de mayor zozobra aparecieron el talento y el descaro de Torrens. Un triple de la balear determinó el cambio en el eje de rotación del encuentro hasta alcanzar un 41-39 al comenzar el último período.

Llegado el momento decisivo, la tensión se multiplicó en cada bloqueo y en cada cruce mientras las de Mondelo se agarraron a la inspiración de Torrens y la voluntad de Lyttle. Con el equipo español en ventaja el conjunto anfitrión se ofuscó en su búsqueda de la remontada rápida por la presión de su propio público y por la apuesta de Mondelo por abrir a sus jugadoras para complicar los lanzamientos triples. Además, con la inercia a favor, Nicholls recuperó las buenas acciones ante la canasta que había desarrollado durante todo el torneo, Marta Xargay colaboró con sus robos y de manera automática los contragolpes que caracterizan al equipo se dispararon en los últimos minutos. Gracias al trabajo en los malos momentos y a la estrella de Torrens, en el instante clave las españolas grabaron en su historial un partido memorable. Hasta ahora nunca habían pisado una final de un Mundial. Torrens, una chica de 25 años de Binisalem, las ha llevado de la mano.