Deberes pendientes en el Capitolio

El 73 % de los estadounidenses considera que el Congreso no ha hecho casi nada bueno para el país desde las elecciones de noviembre de 2012, según un sondeo de la cadena CNN publicado hoy. Hasta el momento, el Congreso solo ha aprobado 58 leyes desde que comenzó su nueva legislatura en enero de este año, el nivel más bajo desde 1947.

Dividido entre una Cámara de Representantes dominada por los republicanos y un Senado de mayoría demócrata, el Congreso no pudo evitar en octubre el cierre parcial de la administración pública durante 16 días por la falta de acuerdo sobre el presupuesto. Los legisladores no consiguieron aprobar un plan presupuestario hasta diciembre y, aunque lograron adoptarlo al borde del plazo para evitar una nueva paralización en enero, aún quedan muchos detalles por determinar sobre política presupuestaria, de inversiones o fiscal.

El Congreso tampoco ha conseguido avanzar en la finalización de una reforma migratoria, otro de los proyectos de ley que lleva meses atascado. El desencanto con el Congreso llega a pocos meses de las elecciones legislativas de noviembre de 2014.

El sondeo de CNN, con un margen de error del +/- 3%, muestra que el 43 % de los estadounidense no está entusiasmado con la posibilidad de acudir a las urnas, frente al 25 % de hace cuatro años. En el sondeo, efectuado a mediados de diciembre, la intención de voto fue del 49 % favorable a los republicanos frente al 44 % favorable a los demócratas, partido que ha perdido en solo dos meses la ventaja con la que contaba.

Hace dos meses, el 50 % por ciento de los votantes registrados mostraba su intención de votar por un candidato demócrata en las elecciones legislativas, frente al 42 % de los republicanos. Los seis puntos porcentuales que han perdido los demócratas se produjeron durante el estrepitoso fracaso del lanzamiento del mercado virtual de contratación de seguros, entre octubre y comienzos de diciembre, un obstáculo para la polémica reforma sanitaria de Obama aprobada en 2010. A esto se sumó el hecho de que las personas satisfechas con sus seguros médicos, pese a no cumplir el mínimo requerido por la reforma, no han podido conservarlos, y las aseguradoras les han notificado la cancelación, en contra de la promesa muchas veces reiterada por el presidente estadounidense, Barack Obama, de que podría mantenerse el viejo seguro si el asegurado estaba contento con él.