Un hombre con un cigarrillo electrónico./ Archivo
SALUD

Cataluña limitará el uso del tabaco electrónico

La Generalitat pretende prohibir estos nuevos cigarrillos en bares y restaurantes

MADRID Actualizado: Guardar
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Son una de las sensaciones del momento. Una moda que brota de tienda en tienda, pero en la que hay un vacío legal absoluto, porque los cigarrillos electrónicos no son ni productos del tabaco, ni tampoco medicamentos. La Generalitat pretende acabar con la confusión que rodea a los 'e-cigarros' y mediante un decreto ley, que podría aprobar la semana que viene, prohibirá su uso en todos los espacios públicos que dependen del Gobierno catalán, como hospitales, escuelas, juzgados u oficinas de empleo. Esto a corto plazo y como medida urgente, porque en unos meses, la intención del Ejecutivo autonómico es elaborar una ley más general, previo debate en el Parlamento catalán, con la que pretende vetar los cigarrillos electrónicos en todos los espacios públicos y privados donde el tabaco ya está erradicado, como son entre otros los bares y restaurantes. La voluntad de la Consejería catalana de Salud, que será pionera en España en la regulación de estos productos, es aprobar a lo largo de 2014 una ley para estos artilugios similar a la del tabaco, en la que está restringida la publicidad, la venta y el uso.

Entre otras cosas, la Generalitat quiere prohibir que los cigarrillos electrónicos se publiciten como herramientas que ayudan a dejar de fumar, porque, según la Agencia de Salud Pública de Cataluña, «no está demostrado» que sirvan para ello. Tampoco se podrán anunciar como productos terapéuticos o artículos exentos de riesgos. Y es que, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica advirtió recientemente que los cigarros electrónicos pueden provocar cambios en los pulmones a corto plazo similares a los que causa el tabaco y los efectos a los largo plazo se desconocen.

Además, el Consejo Asesor sobre Tabaquismo en Cataluña afirma que emiten nicotina (más de la que expresan los fabricantes y distribuidores), vapor de agua y algunos componentes cancerígenos, así como metales pesados. La Agencia de Salud Pública de Cataluña recuerda además que en el supuesto de que se demostrara que fumar cigarrillos electrónicos es menos perjudicial que fumar cigarrillos convencionales, «no hay ninguna evidencia científica» que indique que el fumador no pueda volver a consumir tabaco, ya que fumando cigarrillos electrónicos se mantienen las adicciones: a la nicotina y el hábito psicológico y gestual asociado al tabaco y por tanto pueden ser una nueva puerta de entrada al hábito de fumar, especialmente entre los más jóvenes.