La protagonista, Eileen Bush, atiende a los periodistas en el hotel Balcón de Cómpeta. / Foto: E. Cabezas | Vídeo: Atlas
original celebración

Un cumpleaños de cuerpo presente

Una británica residente en Cómpeta celebra su 'funeral' en su 80 aniversario

CÓMPETA Actualizado: Guardar
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«I am very happy, thank you for coming to my funeral, but I am sorry to tell you that I am still alive. That's was all a joke». Con una sonrisa de oreja a oreja y con estas palabras pronunciadas en inglés, que traducidas serían 'Estoy muy feliz, gracias por venir a mi funeral, pero siento deciros que estoy aún viva. Esto era todo una broma', apareció ayer Eileen Bush en mitad del salón en el que junto a sus amigos y familiares celebraba sus 'exequias' por su 80 cumpleaños, un funeral en vida que esta mujer británica residente en Cómpeta organizó para saber qué habrían dicho de ella en su despedida de este mundo.

«Está muy loca, siempre ha sido una persona que ha tenido muchos problemas de salud, desde muy joven, y nunca pensó que llegaría a vivir ni siquiera cincuenta años, pero Eileen es muy vitalista, alegre y optimista», explicó Nataly Brooks, una amiga que le ha ayudado a organizar este particular cumpleaños de cuerpo presente y que la ha acompañado en estos últimos años a sus numerosas visitas al hospital.

Como en todo funeral que se precie, en la ceremonia de ayer no faltaron el ataúd y el vehículo fúnebre, proporcionados por la Funeraria La Universal. No obstante, el féretro vacío se ocultó detrás de un biombo, por lo que la protagonista no se llegó a fotografiar con él en los primeros instantes de la ceremonia, que despertó una gran expectación mediática, con televisiones autonómicas y nacionales, que se desplazaron hasta la pequeña localidad de Cómpeta, de apenas 4.000 habitantes, y en la que la población extranjera, especialmente los de origen británico, representan casi la mitad del censo.

Ceremonia humanista

El responsable de la funeraria, Rafael Ruiz, expresó que se trataba de la primera vez que asistía a un funeral con la persona todavía viva, pero añadió que le resultó «una idea muy original y que espera que sean muchos más los extranjeros que se animen a ponerla en práctica a partir de ahora».

«Los británicos tienen una concepción totalmente distinta de la muerte y de todo lo que rodea a un funeral», apuntó, por su parte, José Franquelo, propietario del hotel Balcón de Cómpeta, en el que tuvo lugar el particular funeral-fiesta de cumpleaños de Eileen Bush, quien estuvo acompañada de su marido, Michael, y de uno de los dos hijos del matrimonio, Hayden, de 49 años, naturales todos de Liscard, en Reino Unido.

«Hace diez años llegamos de vacaciones a este mismo hotel y nos quedamos enamorados totalmente del paisaje y de las vistas. Al poco tiempo compramos un terreno en el campo y nos construimos una casa. Y aquí seguimos viviendo, disfrutando de la vida cada minuto y de este milagro que ha sido para mí cumplir los 80 años», expresó la octogonaria protagonista, quien confesó que llevaba casi un año preparando la curiosa fiesta, a la que acudieron un total de 64 invitados, entre amigos y familiares, que se repartieron entre las ocho mesas dispuestas en el salón, cada una de ellas bautizada con el nombre de una de las ciudades en las que Eileen Busch ha vivido a lo largo de sus ocho décadas.

«Ella quiere agradeceros con esta fiesta todo el cariño que le habéis dado a lo largo de su vida, en los diferentes momentos. Por eso, aunque no sepa cuándo le llegará su hora, tiene claro que no quería dejar de saber lo que diréis de ella cuando fallezca», les expresó el pastor protestante que hizo las veces de maestro de ceremonias leyendo un discurso en el que repasó los momentos más importantes de la vida de esta británica.

Sonó su música favorita

Asimismo, durante la noche sonaron las canciones favoritas de la protagonista de su funeral, interpretadas por el vocalista Barry Marx. Pero la de ayer era sobre todo una fiesta en la que los invitados acudieron para divertirse, comiendo y bebiendo. Así, el menú incluyó sangría de frutas, sopa de verduras, lomo picante, y lenguado a la plancha. De postre, los típicos 'cupcakes' ingleses y una tarta 'fondant'.

«Me parece una idea muy original, aunque creo que yo nunca organizaría algo así», confesó Pat Hamphire, de 82 años, amiga de Eileen Bush. Su marido, Ron, de 83 años, aseguró que en su país se viven los funerales de otra manera, y que aconsejó que hay que saber afrontar la muerte «con laturalidad».

Por su parte, Eileen Bush confesó que cuando eso ocurra, no quiere tener exequias ni funerales, pues el suyo quiso hacerlo anoche mientras estuviese viva, «para devolver en persona el cariño tan imenso que he recibido», dijo.