Fotografía de archivo del poeta chileno Nicanor Parra. / Mario Ruiz (Efe)
LITERATURA

De Cervantes a 'Zerbantes' de la mano de Parra

El poeta chileno no ha podido viajar a Madrid debido a su avanzada edad

MADRID Actualizado: Guardar
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No estuvo Nicanor Parra en Alcalá de Henares, pero brilló su espíritu transgresor, iconoclasta e irreverente, capaz de convertir a Miguel de Cervantes Saavedra en el "amigo Zerbantes". El Príncipe de Asturias, en representación de su padre el Rey, agradeció y elogió ese espíritu provocador y lúdico, inherente a la poética y el talante de Parra. Don Felipe presidió una atípica ceremonia de entrega del Cervantes , por lo común solemne, trasmutada este 23 de abril en juego de palabras y prestidigitación poética por mor de un Parra ausente pero muy presente en el paraninfo complutense. Un "antipoeta" cuyo transgresor espíritu fue también alabado por el ministro de Cultura, José Ignacio Wert, y cuya corrosiva voz reverberó en la de su nieto, Gabriel Ugarte, Tololo para los suyos, un adolescente de 19 años que, embutido en el preceptivo protocolario chaqué que exige el protocolo, afrontó con cierta soltura la responsabilidad de representar a su abuelo.

Nicanor Parra es un "francotirador" de la creación, el padre de la 'antipoesía', a quien sus 97 abriles impidieron viajar a la patria chica de Cervantes . Él no cruzó el charco, pero sí su irreverencia y su cáustico sarcasmo, filtrado y modulado por su nieto en un "antidiscurso" construido con algunas ideas singulares y buen puñado de 'antipoemas". Un 'no discurso' sin precedentes en cuyos primeros compases el casi centenario ganador del Cervantes se tomó al liberad de advertir que "Los premios son para los espíritus libres y los amigos del jurado", ganándose en ausencia la primera carcajada de la concurrencia y un sonoro aplauso.

Fue una de las ceremonias más ágiles y menos envaradas de cuantas se recuerdan en los casi 40 años de historia del premio Cervantes . A la ausencia del convaleciente Rey Juan Carlos y a la del galardonado, cuya avanzada edad y delicada salud aconsejaron no volar durante más de 12 horas, se sumó la de otros predecesores en la gloria del Cervantes -no hubo ni uno- y la de colegas de pluma. Y es que hubo académicos -Blecua, Bosque- y políticos -encabezados por el presidente Rajoy, junto a la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, el ministro Wert de Educación, Cultura y Deporte, José Ignacio, su colega chileno Luciano Cruz-Coke, y los secretarios de Estado de Cultura, José María Lassalle, y de Educación Montserrat Gomendio- obligados a asistir por el cargo, pero los escritores y poetas se contaron con los dedos de una mano.

Así las cosas, al asistencia más llamativa fue del de Patti Smith, mito vivo del rock, admiradora de la "rebelde humanidad" de la poesía de Parra, y que no quiso perderse la ocasión de acudir a Alcalá que le brindó el crítico y muy próximo amigo Ignacio Echevarría, amigo a su vez de su admiradísimo y malogrado Roberto Bolaño, chileno como Parra.

Pasaron apenas cuarenta minutos desde que don Felipe de Borbón, acompañado por una doña Letizia muy, muy seria, abrió la sesión académica, entregó al nieto de Parra el diploma y la medalla del Cervantes -merecido "por toda una vida dedicada a la poesía, a crear y a investigar nuevos lenguajes poéticos"- y la dio por clausurada. Menos de tres cuartos de hora que dieron de sí para que tomaran la palabra el nieto del galardonado, el propio Príncipe de Asturias y el ministro Wert, que, como don Felipe, trazó un elogioso panegírico del raro "francotirador" y creador de la "antipoesía".

Prórroga

El nieto de Parra trasladó la insólita petición de su abuelo, que reclama "un mínimo de una año" para poder "perigueñar" un discurso "medianamente plausible", convencido como está de que "Don Quijote no cabe en un fin de semana". El joven Tololo encadenó algunas reflexiones de su abuelo y buen puñado de "poemas y antipoemas", es especial aquellos en los que se alude al ingenioso Hidalgo manchego y sus alocadas aventuras. Unos "antiversos" compuestos en una vetusta máquina de escribir, bautizada por Parra como "la máquina del tiempo", que sí cruzó el Atlántico para viajar de la casa de Las Cruces, refugio de Parra en la Costa chilena del Pacífico, y exhibirse al pie del estrado en centenario paraninfo complutense.

Con su marcado acento chlileno, el nieto desgranó poemas como 'Soliloquio del individuo' o 'la seriedad con el ceño fruncido' en cuyos versos se dan cita Kafka, Chaplin, Chejov, El Quijote, la bomba de hidrógeno, la Iglesia católica, el presidente Kennedy y la seriedad del frac. También desfilaron por los versos de Parra William Shakespeare, Chrsitopher Marlowe, Bacon y el mismísimo Perico de los Palotes en el poema 'Existe': "Ya lo dijo mi tía/ Shakespeare/el Cervantes inglés/ Cervantes /El Shakespeare español/ El mismo hombre con distinto nombres/Sin no existiera habría que inventarlo".

Recuerda Parra en un verso que "hay 40 maneras distintas/de pronunciar la palabra sagrada" de modo que "Lo mismo pasa con la palabra Cervantes " que "El propio Don Miguel se firmó muchas veces con zeta y con berlaga". Así las cosas, le preguntó Parra su egregio antecesor: "En qué quedamos entonces /amigo Zerbantes/hay o no caballeros andantes? Otras preguntas cerraron el celebrado e insólito "antidiscurso" de Parra: "¿Se considera usted acreedor al premio Cervantes ? -Claro que si -¿Por qué? -X un libro que estoy por escribir". Nuevos aplausos y carcajadas para un poeta que no distingue entre prosa y poesía "¿Diferencia? `Ninguna!/ Es cuestión de costumbre solamente/ Los poetas escriben para abajo/ Los prosistas escriben para el lado./ En un lugar de la Mancha/ (octosílabo)/ de cuyo nombre no quiero acordarme/ (endecasílabo)",

Patas arriba

En un discurso muy literario, el primero que pronunciaba en el paraninfo de Alcalá, reconoció el Príncipe Felipe que "Nicanor Parra es mucho más que un provocador», En representación de la Coronam ensalzó el carácter "rupturista" de un galardonado que en poesía "se permite todo", pero que "no trata solo de desconcertar; quiere comprender su realidad y urgir a los demás a que, salvando el abismo que existe entre arte y vida, acompañen esta arriesgada cruzada".

"De seguro que Cervantes , al ver hoy llegar a Nicanor Parra al parnasillo de poetas galardonados con el premio, reconocerá en él un espíritu afín, un poeta desnudo de adornos, con atuendo de vecino de Chillán, y, sabiéndolo su espíritu gemelo, se apresurara a decirle: 'Pasa raro inventor, pasa adelante con tu sutil designio'", aseguró don Felipe.

Advirtió que Parra "no engaña a nadie". Antes bien "advierte del peligro que corren sus compañeros de aventura: Mi poesía -dice- puede perfectamente no conducir a ninguna parte, pero en el trayecto va desenmascarando credos de todo orden", agregó el Príncipe para recordar que Parra "explora nuevas formas, nuevos espacios para las palabras siempre libres" y nunca consintió que se le "encasillase", sobre todo en lo político.

El ministro Wert repasó por extenso la vida y la obra del creador chileno "que puso patas arriba la poesía tradicional y sus cimientos con la eclosión de la antipoesía y del antipoeta". "Nos subió en su 'montaña rusa' de la que nunca más hemos bajado" sostuvo Wert, que regaló a sus colegas de Gabinete un ejemplar de 'Poemas y Antipoemas' -hito que "cambió el rumbo de la poesía escrita en lengua castellana"- y que definió la obra de Parra como "extensa, original y sorprendente".

Elogió "su asombrosa facilidad poética" y se refirió a la "herencia de los guerreros mapuches" y a "la tradición poética, la cultura y el folklore" que al inspiran. Una tradición que se relaciona con un "espíritu siempre transgresor» y que ha "ha sido siempre incómoda, díscola y contestataria".

Recordó Wert el perfil científico del creedor chileno, matemático y físico, que le ha ayudado a "relativizar" todo ya a comprender que "no hay verdades con mayúscula", y que "la verdadera seriedad es cómica". «Es la risa de alguien que ha perdido su fe religiosa, ha perdido su esperanza en un cambio político y ha perdido hasta su capacidad de comunicarse con los demás, pero el simple hecho de reírse le sirve como antídoto para la angustia" concluyó.