El Ejecutivo aporta mil millones más a las pensiones inferiores al mínimo

El Gobierno es consciente de que los Presupuestos Generales del Estado son los más austeros de la democracia. Sin embargo, según ha explicado la ministra de Empleo, Fátima Báñez, en el Senado, el Ejecutivo se ha marcado dos líneas rojas que no piensa traspasar: las pensiones y las prestaciones por desempleo.

Dentro de esta estrategia se enmarca el incremento en más de 1.000 millones de euros de la financiación de los complementos a mínimo de las pensiones en 2012. Es decir, aquellas contributivas que deben ser completadas por el Estado y no por la Seguridad Social por no haber cotizado lo suficiente. Con esta aportación en los Presupuestos, un 35% superior a la de 2011, el Gobierno pretende avanzar en la separación de las fuentes de financiación de la Seguridad Social, en un momento en el que la afiliación ha caído un 11% hasta situarlo en niveles de 2003.

Además, la titular de Empleo ha recordado el compromiso del Gobierno en la revalorización de las pensiones, congeladas por el Ejecutivo socialista, que ya fueron actualizadas. Báñez también ha garantizado las partidas a las prestaciones por desempleo. “El objetivo del Gobierno es evitar que la crisis la paguen los más vulnerables”, confiesa.

El día en que España ha vuelto a ser noticia por liderar la tasa de paro de la UE, la ministra de Empleo ha defendido la reforma laboral como vehículo para generar empleo y frenar el despido ante una situación de “emergencia económica y social”. El Gobierno, consciente de que los ojos de los mercados están puestos en España, no quiere dar una imagen de debilidad a pesar de las multitudinarias manifestaciones del 29-M. Báñez siguió el guion marcado por el Ejecutivo en los últimos días. Ni una palabra sobre la huelga y referencias ambiguas y genéricas al diálogo con los agentes sociales y los grupos políticos.

Un 75% de los despidos, procedentes

Por el contrario, Báñez considera que el ascenso del paro hasta los 5,3 millones de personas se produjo por la rigidez del mercado laboral. “La reforma laboral pretende combatir la dualidad y el despido como única opción para las empresas para salir de la crisis”. La ministra ha asegurado que el 75% de los despidos en 2011 fueron procedentes, es decir, “sin motivo y casi gratis”.

Por su parte, el PSOE ha atacado ferozmente una reforma laboral “infumable” que no evitará la destrucción de 630.000 nuevos empleos. El portavoz socialista, Juan Francisco Martínez-Aldama, ha pedido a la ministra la retirada del texto por tratarse de una legislación “hecha para despedir y no para contratar”. La oposición ha solicitado al Gobierno que escuche el malestar de los ciudadanos expresada en los resultados de las elecciones andaluzas y asturianas y en el 29-M. “Esa reforma convierte a los trabajadores en súbditos y al empresario en el amo”, concluye Martínez-Aldama.