Angela Merkel, tras la cumbre. / Efe
Cumbre de la UE

Reino Unido se queda aislado en Europa

26 países de la UE se suman al pacto de Alemania y Francia para una unión fiscal y dejan aislados a los británico

CORRESPONSAL EN BRUSELAS Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El Reino Unido se ha quedado solo en su rechazo al pacto europeo para reforzar la disciplina fiscal y salir de la crisis. A última hora también Hungría, República Checa y Suecia se han sumado al acuerdo alcanzado esta madrugada, tras diez horas de negociaciones, en la cumbre europea que tenía por fin salvar el euro.

El pacto anunciado a las cinco de la mañana del viernes sabía a derrota ya que solo lo aprobaron 23 de los 27 estados miembros, rebajando las expectativas de la víspera. Pero horas después el primer ministro británico, David Cameron, se ha quedado como el único opositor al cambio. Así lo ha confirmado el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, quien ha hecho un llamamiento a Londres para que se una al pacto fiscal.

"Es desafortunado que hayamos perdido la oportunidad de lograr una reforma de los Tratados a 27", ha admitido el presidente del Consejo Europeo. "Lo intentamos, pero como no había unanimidad tuvimos que tomar otra decisión", ha agregado. En su opinión, el nuevo Tratado intergubernamental tendrá una fuerza vinculante similar a una reforma de los actuales Tratados. No obstante, ha admitido que la iniciativa "tienen algunos hándicaps" y requiere "una interpretación amplia del papel de las instituciones" de la UE. Los líderes europeos han acordado implicar a la Eurocámara en las negociaciones.

Bulgaria, Dinamarca, Letonia, Lituania, Polonia y Rumanía ya habían expresado a primera hora de la mañana su intención de sumarse al proceso, mientras que Suecia, República Checa y Hungría dijeron poco después que harían lo mismo tras consultar con sus respectivos parlamentos, como recoge el documento final de conclusiones de la cumbre de líderes europeos.

Malestar del eje franco-alemán

El premier británico cumplió sus amenazas de bloquear una solución a Veintisiete si esta no incluía los intereses del Reino Unido. Las reclamaciones británicas de quedar excluido de la regulación financiera de la UE, fueron definidas como "inaceptables", por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, y resultaron en el aislamiento de Cameron, quien se fue tras la cumbre sin hacer declaraciones a la prensa.

Sí las ha hecho la canciller alemana, Angela Merkel, quien ha recordado a Londres que, "al igual que todos (los demás países), depende de la estabilidad del euro". Todos los países de la Unión Europea están "en el mismo barco", ha remarcado. Merkel ha afirmado que las negociaciones de madrugada se produjeron bajo "mucha calma" y ha defendido que Reino Unido ha "participado siempre en la UE" pese a separarse de algunas de sus políticas marco. Sin embargo, ha dejado ver su malestar reiterando que "si los bancos del euro se resienten, también los demás se resienten". "Lamentamos que Reino Unido no nos siguiera, pero sus condiciones eran inaceptables", ha agregado.

Hungría, por su parte, ha insistido en que, si bien necesitaba confirmación de su Parlamento antes de sumarse al proceso para reforzar la disciplina fiscal, su posición no se situaba en la misma línea que el Reino Unido. "El Reino Unido y Hungría no estaremos en el mismo barco", ha manifestado el primer ministro húngaro, Viktor Orbán.

Acuerdo intergubernamental

Más allá de los problemas de forma, los Veintisiete sí han logrado un acuerdo para acelerar un año la entrada en vigor del fondo de rescate permanente y combinarlo hasta mediados de 2013 con el fondo temporal, así como transferir al Fondo Monetario Internacional 200.000 millones de euros para ayudar a países en crisis. El presidente del BCE, Mario Draghi, había pedido un verdadero pacto fiscal a la UE para involucrarse con mayor decisión en la defensa de la moneda única.

También ha habido consenso sobre el pacto de disciplina presupuestaria, que consagra la "regla de oro" para que los países no tengan déficit estructurales anuales superiores al 0,5 % del PIB, que además se incluirá en las constituciones de los países o en legislaciones equivalentes. Esta medida implica que los socios deberán respetar el equilibrio en sus cuentas con un tope del 0,5% en su déficit. España se adelantó el pasado verano a esta exigencia con un acuerdo respaldado por PSOE y PP. Ambos partidos acordaron incluso un tope del 0,4%, una décima menos que el estipulado ahora en Bruselas. El acuerdo contempla a su vez sanciones automáticas para los Estados miembros que superen el umbral del 3% y nuevos poderes para la Comisión para que pueda pedir modificaciones en los presupuestos nacionales de los países con problemas. El nuevo Tratado se firmará en marzo de 2012 y el plazo de ratificación será "muy reducido", según ha asegurado el presidente de la Comisión, José Manuel Durao Barroso.