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Twitter se parte

"¿Temes encasillarte en el papel de galán?", le preguntaron a Rubalcaba y de Pérez Reverte dijeron que jugó un partido amistoso "y murieron diez"

MADRID Actualizado: Guardar
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Hace un par de semanas, @Hibai quiso participar en el cuestionario al que se sometía Alfredo Pérez Rubalcaba en Twitter. El candidato se exponía a las preguntas de los ciudadanos que querían saber algo más en vísperas de las generales. Se desconoce si sopesó la pregunta antes de soltarla en la red social, pero escribió lo siguiente: «¿Temes encasillarte en el papel de galán?». @Roberto Herreros fue más allá: «Alfredo, de entrada, enhorabuena por dar un paso adelante en estos momentos difíciles. Primera pregunta: ¿Te gusta el country?» El político se encontraba cara a cara con la capacidad de comunicar, la inmediatez y el ‘feedback’ que permite la red social, pero también con la guasa de los devotos de los 140 caracteres, ingenuos algunos, ácidos otros, vociferantes, contundentes, irónicos, cínicos, ocurrentes, surrealistas, dulces, devastadores, de buen y mal gusto... Todas esas cosas son los genios caseros que han convertido la red del pájaro azul en un club de la comedia.

Nadie sabe cuándo comenzó el cachondeo. Probablemente fuera con los primeros tuits en el verano de 2006, pero en aquellos tiempos, el ‘microbloging’ era menos vacilón. En España, quedó clara la deriva hacia la sonrisa el 23 de octubre del pasado año, cuando el escritor Arturo Pérez Reverte le dio fuerte a Miguel Ángel Moratinos por sus lágrimas al soltar la cartera de Exteriores. Entre otros tuits, dijo de él que se había ido «como un perfecto mierda». La ira se volvió contra Pérez Reverte y probó el amargo sabor del fenómeno ‘facts’, en este caso los #pérezrevertefacts (traducido, hechos sobre Pérez Reverte). El proceso, que se ha repetido en decenas de ocasiones, comienza siempre de la misma manera: espontáneamente, la ‘masa’ tuitera considera reprobable algo (véase David Bisbal diciendo que era una pena que las pirámides estuvieran tan vacías en plena revolución egipcia). Y en cuestión de segundos, deciden fusilar al amanecer a su autor con miles de dardos humorísticos. Si un día lee su nombre al lado de la palabra ‘facts’, prepárese para reír o morir. En el caso del escritor de Cartagena, dijeron de él desde que «Pérez Reverte jugó un partido amistoso y murieron 10 personas» hasta que «a Pérez Reverte el Bic Naranja le escribe normal». La oleada, reflejo de otras anteriores en EE UU como las que cantaban las loas de la fuerza de Chuck Norris, le daban más de 10.000 seguidores en cuatro días. «Pérez Reverte creó a Chuck Norris, después creó el Universo. Por último creó a Dios». El escritor interrumpió la conversación para comerse «el puto venado», convertido ya en un clásico de la red, símbolo hoy en día de irse a cenar, y horas después volvió a la carga. Sacó la muleta y en lugar de con enojo, respondió con humor en lo que es una de las mejores gestiones ante una crisis en Twitter: «Chuck Norris no tiene ni media hostia. Cualquier comparación con Chuck Norris es insultante».

En la sección ‘venganzas tuiteras’ figura también la que se tomaron con Esperanza Aguirre después de que la presidenta de la Comunidad de Madrid dijera, al compás de la visita del Papa a España, que «La igualdad, dignidad, libertad… los ha traído el cristianismo. Que no se crean que los ha traído Karl Marx». La ocurrencia dio para todo tipo de #Esperanzaguirrefacts como el de @Torrejón: «Yo traje a España el gotelé, no el Karl Marx ese».

Meses después, cualquier aspecto de la actualidad está tomado parcialmente por la risa, sobre todo, la política. La campaña electoral a las generales se ha convertido en un derroche de ingenio para la fatiga de los community manager de los candidatos. El primer gag surgió con las parodias de Rajoy y Pérez Rubalcaba. @NanianoRajoy era el ‘alter ego’ saleroso de @MarianoRajoy, pero duró poco, lo justo para que Twitter lo borrara del mapa por crear confusión. Acto seguido, #Freenaniano y #PrayforNaniano fueron llegaron a la lista de trending topics (términos más nombrados). A @conRubalcaba, la cuenta del socialista, le pasó lo mismo con @conRubalbaba, que llegó a tuitear mensajes como «No pasa nada si perdemos, seguiremos chupando del bote» y «Damos 100 euros por voto».

El debate televisivo fue el momento álgido del lado humorístico de la campaña. Mientras Rajoy y Rubalcaba esgrimían sus argumentos, Twitter se fijó en el moderador y en su presencia tibia. «Campo Vidal ha terminado 10 sudokus», decían en la red. @Jsogo admitía que «#Campovidalfacts es el mejor ‘hashtag’ en los últimos tiempos. Lo que salva a este país es que nos reímos de nosotros mismos»_. Álvaro Bohórquez, periodista bilbaíno tras el perfil @BlogdeBori, lo siguió de cerca: «Rajoy dijo aquella palabra y a los cinco segundos había 45 bromas referidas a sus ‘inshidiash’». Tras el escrutinio, salieron los primeros chistes, especialmente agudo este de @RubenAmon: «Merkel llamó para felicitar a Rajoy, a cobro revertido».

Las risas no son solo de la política. Hay para todos y en tiempo real. Un ejemplo: la música. Si esta semana, José Antonio Abellán daba en Punto Radio la exclusiva de la vuelta de Mecano a los escenarios, @Donhurtado lanzaba su flecha: «Mecano puede volver... #porculpadeleuro». Otro más: la publicidad. McDonalds lanzaba un spot en el que un joven recibía la llamada de él mismo desde el futuro invitándole a entrar en una hamburguesería en busca de una chica (su futura esposa).Cientos de personas hicieron su propia versión. La de @Takeiwitcha decía así: «Hola Carlos, soy tú dentro de 30 años. Disculpe,señor, me llamo Carla. De eso precisamente quería hablarte». Un ejemplo más: la justicia. Tras la imputación de Iñaki Urdangarín por el presunto desvío de fondos públicos a través del Instituto Nóos, se ha podido leer que «El sr. Duque se dedica ahora al ‘talonmano’» y que «Nóos era una organización ‘sinónimo’ de lucro», firmado por @iescolar.

En el ‘maremagnum’ de humoristas los hay benignos y con más mala uva. Entre los segundos, algunos son ácido sulfúrico como @Elbaronrojo, @Barbijaputa o @Pamplinero, genio surrealista que un día llegó a escribir: «Soy inmortal, no digáis tonterías. Si fuera mortal iba a estar yo aquí haciendo el tonto». Un ejemplo de ese grupo anónimo son los @Masaenfurecida, que hacen escupir el café sobre la pantalla a más de uno gracias a perlas como la de ayer: «LO QUE PASA ES QUE EN ANDORRA HICIERON LO QUE SE ESPERA DE LOS CATALANES: ECHAR A LA GENTE SIN DINERO». Siempre lo hacen en mayúsculas. Son anónimos, parece que son dos y se ha dicho de ellos que son en realidad Berto Romero, que lo niega con una sonrisa: «No tendría tiempo para hacer todo eso».

El chiste en versión 2.0

Cuando el humorista de El Terrat vio desfilar por la pantalla los #Davidbisbalfacts, se dio cuenta de que Twitter era «un arma peligrosa y muy divertida. La red recoge la información y la aumenta», explica a este periódico. Ese hecho le hizo reflexionar sobre las risas del pájaro azul y comprendió que detrás había algo que se ha hecho «toda la vida», algo «muy español», que es la «conversación de bar, la charla cachonda pero global». Esa es, en su opinión, la versión 2.0 de «el chiste del día siguiente, ese que antes se narraba con un ‘mira lo que me han contado’ y que hoy es un ‘mira lo que he leído en Twitter’, solo que ahora ocurre más rápido y con un volumen mayor».

El viñetista Antonio Fraguas, Forges, usa Twitter constantemente. «Estoy dibujando, levanto la cabeza, veo algo, hago un garabato y lo tuiteo». El dibujante de 69 años compara la red social a una enorme tertulia. «En un café siempre hay mesas en la luz y otras en la oscuridad, algunas están junto a la ventana y hablan de lo que pasa por la calle. Esas son siempre las más divertidas». Forges no está de acuerdo con que 140 caracteres (la longitud máxima de los mensajes en Twitter) coarten el chiste: «De 140 caracteres sobran cientos para decir algo», bromea y define a Twitter y su concisión como «el hábitat natural del humor y la poesía».

También invita a todos a pasarlo bien en la red: «Que intenten hacer humor. Tienen teclado, pantalla, son libres y saben al menos 5.000 palabras. Hagan humor». ¿Un ejemplo? «Un titular a bote pronto: ‘Descubierto un Ultrasur leyendo a Rilke’».