crisis económica

Merkel: «Las preocupaciones españolas son también alemanas»

Ha insistido en su rechazo a los eurobonos frente a la crisis de la deuda y apuesta por las sanciones automáticas contra los infractores del Pacto de Estabilidad

ALEMANIA Actualizado: Guardar
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La canciller alemana, Angela Merkel, ha proclamado que en una Europa unida "las preocupaciones españolas son también alemanas", pero ha insistido en su rechazo a los eurobonos frente a la crisis de la deuda y ha abogado por las sanciones automáticas contra los infractores del Pacto de Estabilidad. También ha asegurado que la crisis de la deuda soberana que atraviesa actualmente la zona euro ha hundido a la región en la que quizás sea su crisis más difícil desde el fin de la Segunda Guerra Mundial.

"Las preocupaciones griegas son también holandesas, las preocupaciones españolas son también alemanas", ha dicho Merkel, ante el congreso de la Unión Cristianodemócrata (CDU) reunido en Leipzig, para hacer hincapié en que la respuesta a la crisis no puede ser, sin embargo, una "colectivización" de la deuda.

La jefa del Gobierno alemán y líder de la CDU ha insistido así en el rechazo a los eurobonos -"porque no nos conducirán a un futuro sensato para Europa", ha dicho - al tiempo que defendía ante los 1.001 delegados de su formación reunidos en Leipzig la necesidad del paraguas de rescate "para contener la deuda". "Europa puede y debe salir reforzada de la situación actual", ha afirmado, para añadir que el desafío de la generación actual de políticos debe ser "dar la respuesta adecuada a esta situación".

Merkel ha recordado, en un encendido discurso, que en el pasado Alemania estuvo también entre los "infractores" de los límites al déficit establecidos en el Pacto de Estabilidad y Crecimiento de Maastricht, pero supo enmendar esa situación. "La UE debe reformarse", ha dicho, para apostar de nuevo por la consigna de su gobierno de articular "mejores mecanismos" frente a los infractores, incluidas las sanciones automáticas.

Salario mínimo

La cita en Leipzig se había abierto con un preacuerdo favorable a la línea defendida por la líder en lo relativo a uno de los temas fuertes, la implantación de un salario mínimo, hasta ahora inexistente en Alemania a escala interprofesional y con sólo algunos ejemplos en sectores determinados. La canciller defendía una moción consistente en implantar una suerte de salario mínimo, no interprofesional, sino orientativo y contemplando las especificidades regionales y sectoriales. Esta propuesta -que rechaza su socio de gobierno, el Partido Liberal (FDP), de por sí contrario a todo amago de salario mínimo- dividía asimismo a las bases de la CDU entre quienes consideran que se queda corta y quienes proponían una fórmula de mínimos.

Finalmente, en las reuniones previas del domingo con las distintas delegaciones, se perfiló un acuerdo tendente a adoptar la línea de Merkel, según anunció el secretario general, Hermann Gröhe.

El congreso de la CDU es el segundo en Leipzig con Merkel en la presidencia, tras el celebrado en 2003, donde logró el espaldarazo de sus bases, dos años después de convertirse en canciller.