28-n | elecciones en cataluña

Una debacle que pone fin a la era Montilla

El PSC, con 28 diputados, padece el peor resultado de su historia en la comunidad

BARCELONA Actualizado: Guardar
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La noche electoral comenzó con malos augurios en la sede del PSC: sondeos a pie de urna que emponzoñaban la frágil moral socialista anunciando la pérdida de hasta quince escaños y nada más cerrar los colegios electorales, un exaltado e infliltrado ultraderechista le tiró un huevo a la cara al portavoz del PSC Miguel Iceta al grito de: "¡Rojo de mierda, viva España!".

Lo peor estaba por llegar. Dicen que la realidad a veces supera a la ficción. Esta fue una de esas veces. José Montilla albergaba la esperanza -pequeña- en su foro interno -muy interno- de que el PSC podría darle la vuelta a las encuestas y mantener el tipo, o lo que es lo mismo, acercarse a los 37 escaños que obtuvo hace cuatro años.

El escrutinio dio el mazazo definitivo. El PSC, con tan sólo 28 diputados, padeció el peor resultado de su historia en unas elecciones catalanas. La era Montilla tocaba definitivamente a su fin. Su última alianza con ERC e ICV, más la crisis económica -especialmente agresiva en Cataluña- y la sentencia contra del Tribunal Constitucional contra el Estatut noquearon definitivamente el proyecto del PSC.

Un José Montilla circunspecto compareció pasadas las diez y cuarto de la noche, con más del 85% de los votos escrutados y la tragedia ya era inexorable. Su anuncio, pese a ser esperado, sonó rotundo: además de no volver a ser candidato a la Generalitat, abandonará la secretaria general de los socialistas catalanes en el próximo congreso, previsto para el otoño de 2011.

Montilla, eso sí, tutelará su propio relevo a la vez que pondrá toda la carne en asador para intentar que esta debacle no se repita en las elecciones municipales, verdadero bastión del PSC. "Estaré en los combates donde mejor podré luchar por los intereses de mi partido y los de Catalunña", proclamó. El ‘president’ en funciones , flanqueado por la ministra Carmen Chacón -compungida durante toda la intervención de su compañero-, el ex ministro Celestino Corbacho y Monserrat Tura -una de sus posibles sustitutas- optó por reconocer sin subterfugios su derrota. "Los ciudadanos y ciudadanas catalanes han hablado", sentenció.

Dejó claro que, si bien los socialistas han perdido unas elecciones, "no estamos derrotados en nuestras convicciones" y seguirán luchando por una sociedad más justa. Lo que toca ahora, recalcó Montilla, que sólo ‘parló catalá’, es abrir un proceso de reflexión sobre las causas de este revés electoral y comenzar a forjar, "con cambios internos" una alternativa a Artur Mas -al que felicitó antes de comparecer ante los medios "por su amplía mayoría-.

El presidente catalán en funciones, ataviado con un premonitorio traje negro, terminó su alocución con un "gracies, gracies, gracies", que sonó a despedida.