LITERATURA | XXIII edición

La Semana Negra se olvida de la crisis y concluye con éxito

El directo del certamen, Paco Ignacio Taibo, subraya que éste es un espacio en el que se respira un “clima de igualdad y fraternidad, donde no existe la censura”

GIJÓN Actualizado: Guardar
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Después de diez días de literatura y diversión, la XXIII edición de la Semana Negra de Gijón ha celebrado la ceremonia de clausura, consolidándose como un espacio multicultural de referencia. El director del festival, Paco Ignacio Taibo II; el presidente del Principado de Asturias, Vicente Álvarez Areces; y el concejal de Cultura de Gijón, Justo Vilabrille, han sido los encargados de cerrar con sus discursos esta fiesta de la cultura en la calle.

“No me lo acabo de creer”. Con estas palabras Paco Ignacio Taibo reflejaba su incredulidad ante el hecho de que, un año más, la Semana Negra haya sido todo un éxito en un entorno de crisis económica. Dando gracias al apoyo ciudadano y al gran equipo de colaboradores y voluntarios que hacen posible que el festival siga adelante, ha recalcado el esfuerzo de la organización en esta edición para “no reducir su potencia ni su oferta al público”, a pesar las reducciones presupuestarias.

Así, ha subrayado, este certamen se ha alzado como un espacio en el que se respira un “clima de igualdad y fraternidad, donde no existe la censura”. Además, Taibo ha insistido en la importancia de este festival como una manera de confrontar crisis con cultura, porque “la cultura es el oxígeno de la sociedad”.

Y qué mejor que el punto de vista de un niño para confirmarlo, ha explicado el edil de Gijón, Justo Vilabrille, quien ha contado que, paseándose por el recinto con dos hermanos saharauis de 15 y 12 años, al más pequeño le pareció estar en “una fiesta donde había muchos libros”.

Por su parte, Álvarez Areces, a quien Taibo definió como “pieza fundamental del engranaje del festival”, ha recordado los inicios de la Semana Negra en 1987 en el puerto de El Musel, que "nada tiene que ver con la estructura portuaria con la que hoy cuenta Gijón". El presidente del Principado ha destacado la relevancia de la supervivencia del certamen, que dio sus primeros pasos en medio de una crisis industrial y estructural y que sigue adelante inmerso en una situación de debilidad económica de carácter mundial.

Traspasa fronteras

Y su alcance no se ha limitado al ámbito gijonés. Periódicos de todo el mundo le han dedicado columnas, desde el Nueva Prensa de Guayana hasta Le Monde, en Francia, y el Washington Post, en EEUU. Con más de 153 autores procedentes de 14 países diferentes, 217 actos organizados, 35.000 libros vendidos y un público aproximado de 845.000 personas, la Semana Negra de Gijón "es un tren que no para”. Como muestra de ello, Taibo ha asegurado que ya están empezando a llegar las ideas para la próxima edición.

Durante la clausura, se han entregado los premios a los ganadores de los distintos certámenes literarios: el Hammet a la mejor novela negra para el argentino Guillermo Orsi; el Rodolfo Walsh al mejor relato de no ficción para el argentino Javier Sinay; el Espartaco a la mejor obra de género histórico para el cubano Alejandro Hernández, y el Celsius de ciencia ficción para el español Juan Miguel Aguilera, entre otros.

El recinto cierra sus puertas a las 4.00 de la madrugada del lunes.