PAN Y CIRCO

Futuribles

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Para elaborar los juicios e, incluso, para formular las previsiones de futuro, los críticos y los aficionados tenemos considerables ventajas porque analizamos los partidos «a posteriori», cuando ya conocemos los resultados y cuando, para valorar los aciertos y los errores, podemos repasar detalladamente el comportamiento de los jugadores, la estrategia diseñada por el entrenador y la realización de cada una de las jugadas. También nos resulta posible proponer «futuribles» respondiendo a preguntas como ¿qué habría ocurrido, por ejemplo, si el árbitro hubiera otorgado validez al gol marcado por Sesma; si, en vez de Varela hubiera jugado Raúl López; si no se hubiera lesionado Estoyanoff o si Benjamín se hubiera recuperado con la misma rapidez que Ania? Naturalmente, no podemos saberlo, pero las especulaciones han gozado y siguen gozando de notable popularidad entre los periodistas y los aficionados. Son muchos los que afirman que, si en vez de varios futbolistas de nivel medio, se hubiera fichado a uno solo de contrastada calidad técnica, el equipo estaría situado en un puesto mucho más cómodo. Otros, incluso, han llegado a conjeturar que, si la directiva hubiera cambiado de entrenador, la reacción hubiera sido más positiva. No faltan quienes muestran su convencimiento de que el Cádiz ha ascendido demasiado pronto. En mi opinión, estos juicios son inevitables y constituyen uno de los mayores alicientes de un deporte tan azaroso en el que todos no sólo nos sentimos protagonistas, sino que, además, nos creemos especialistas cualificados, dotados de conocimientos técnicos y adornados, también, de poderes proféticos. Esos vaticinios a toro pasado, sin embargo, pasan por alto demasiados datos importantes y no tienen en cuenta otros factores decisivos como la economía del club, la calidad de los equipos adversarios y, sobre todo, los «imponderables», ese cúmulo de elementos imprevisibles que contribuyen para que el fútbol sea un deporte tan fortuito y tan aleatorio como la misma vida.