CAMINO. Prodi, ayer, acompañado de su esposa Flavia. / REUTERS
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El Supremo italiano reafirma la victoria de Romano Prodi, pero Berlusconi aún no la reconoce

El partido de 'Il Cavaliere' mantiene sus «reservas» y pedirá más controles El líder de La Unión da por cerrada la polémica y se dispone a gobernar

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Por fin, nueve días después del cierre de las urnas, se puede decir sin miedo a equivocarse que Romano Prodi ha ganado las elecciones italianas. Así lo declaró ayer, de forma oficial y tras terminar el recuento definitivo, el Tribunal de la Casación, equivalente italiano del Tribunal Supremo, que también rechazó el último recurso presentado por el pendenciero Roberto Calderoli, de la Liga Norte. Se supone que de esta manera se pone fin a una diatriba de ribetes tragicómicos motivada por la escasa diferencia de votos de Prodi sobre su rival, Silvio Berlusconi, y la resistencia de éste a admitir su derrota. Pero puede ser mucho suponer, porque nada más conocerse el fallo, el todavía vicepresidente del Gobierno, Giulio Tremonti, anunció en televisión que al menos Forza Italia, el partido de Il Cavaliere, «no reconoce todavía el resultado».

Según argumentó Tremonti, «una ventaja tan exigua impone un suplemento de controles», pero no explicó cuáles. Una nota de la formación, insistió luego en que «las reservas siguen en pie», porque no se han revisado las papeletas nulas, sino sólo las impugnadas. Forza Italia, concluía el comunicado, continuará defendiendo sus razones «en las sedes oportunas». En resumen, Berlusconi no se rinde y seguirá dando batalla. Por supuesto, aún no ha llamado a Prodi para felicitarle. A última hora de ayer no se había manifestado y seguía reunido con algunos de sus aliados en su residencia de Palazzo Grazioli.

Datos definitivos

Sin embargo, este empecinamiento es cada vez más una postura aislada de Il Cavaliere, porque alguno de sus socios de coalición parecen tomárselo con más deportividad. Los democristianos de UDC, capitaneados por Pierferdinando Casini, el partido más moderado de los cuatro del centro-derecha, no dudó en felicitar a Prodi tras conocerse la decisión del Supremo. Su secretario general, Lorenzo Cesa, le deseó un buen trabajo «por el interés de Italia y de los italianos», una frase muy intencionada lanzada con la vista puesta en Forza Italia. En cuanto a los otros dos aliados de gobierno, Alianza Nacional, el partido post-fascista de Gianfranco Fini, se limitó a reconocer el sello oficial sobre el triunfo de Prodi, mientras la Liga Norte se quejó del rechazo de su recurso. Se trata de un último intento que pretendía arrebatar la aportación de 45.000 votos de un pequeño partido a La Unión por un defecto formal.

El pronunciamiento final del Supremo no ha hecho más que confirmar lo que ya se sabía, con escasas variaciones: La Unión de centro-izquierda de Prodi ha obtenido 19.002.598 votos y La Casa de las Libertades, la coalición de centro-derecha de Berlusconi, 18.977.843 sufragios. En resumen, se trata de la famosa diferencia de 25.000 votos, que al final ascienden a 24.755 para ser exactos, 469 menos de los señalados en un primer momento por el Ministerio de Interior. Este es el resultado de nueve días de examen de los votos impugnados, aunque ya el viernes terminó el trabajo y se conocían las conclusiones. Lo de ayer fue el punto final oficial, Berlusconi mediante.

«Se ha concluido finalmente este asunto, los italianos ya no tienen dudas sobre nuestra victoria y por eso ahora trabajaremos para formar un gobierno fuerte», certificó Prodi. Ayer hizo de nuevo esfuerzos para transmitir la sensación de que se debe olvidar la polémica y pasar página. En este sentido, habló del futuro en clave realista: «Somos conscientes de las laceraciones y divisiones que tendremos que salvar». Las palabras más ácidas fueron reservadas para sus colegas de coalición, como Piero Fassino, que dio por liquidada «una operación política que pretendía hablar de un empate y falsear el resultado».

«El teorema de Berlusconi se ha revelado falso, hoy se han barrido sus sospechas de fraude, alimentadas estos días con tonos inaceptables para un país democrático», proclamó un comunicado oficial de El Olivo, nombre común bajo el que se han presentado los dos principales partidos del centro-izquierda, Demócratas de Izquierda (DS) y La Margherita.