ASCENSO. Jesús Calleja y el presidente del Gobierno. / CUATRO
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Zapatero muestra su talante montañero en la excursión por León

La aventura comenzó un viernes por la tarde. José Luis Rodríguez Zapatero llega a Posada de Valdeón y, tras saludar a vecinos y autoridades, se arranca con el aventurero Jesús Calleja a un paseo de dos kilómetros hasta el Mirador del Tombo, un recodo en la carretera desde el que se contemplan los Picos de Europa. De ahí, al refugio de Collado Hermoso, el más recóndito y alejado de los que existen en la cordillera, a 2.000 metros de altitud. En un principio, la propuesta que Calleja le hizo a Zapatero era el ascenso al Pico Llambrión (2.642 metros), pero la idea fue descartada por el equipo de seguridad del presidente.

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Por la noche, después de un chaparrón, los dos montañeros comparten mesa y mantel en un hotel rural con unos primos de Zapatero, que solía ir a veranear a la zona cuando era un niño, y con el hermano de Calleja. El presidente del Gobierno se suelta y cuenta que corre entre tres y cuatro horas por semana y que eso le mantiene despejado y en buena forma física. Pronto visitará Nueva York y quiere hacer footing en Central Park, revela.

Con botas y cantimplora

Fue lo que ayer pudo verse en el programa Zapatero-Calleja, juntos en la montaña, que retransmitió Cuatro. Rodríguez Zapatero, admirador del trabajo de Calleja, y seguidor del espacio Desafío Extremo, había aceptado la invitación de Jesús Calleja para emprender juntos esta aventura en la montaña leonesa. Provisto de botas de monte, gafas de sol, chubasquero, mochila y termo-cantimplora, José Luis Rodríguez Zapatero dio muestras de su talante montañero. «Me recuerda a los pasos de mi padre», señalaba el presidente del Gobierno durante el ascenso.