La búsqueda del tesoro renacentista en el mapa de Palencia

Un nuevo Museo Territorial propone una ruta por cinco sedes con óleos de Berruguete o cálices del siglo XV

Sepulcro de Don Gonzalo Ximénez de Cisneros, siglo XIII, en el conjunto expositivo de San Pedro, en Cisneros C. R.

Clara Rodríguez Miguélez

Al nuevo Museo Territorial Campos del Renacimiento se llega con algo de espíritu intrépido, porque no es tanto un destino sino una búsqueda del tesoro con alhajas en cada parada. Para verlo entero, carretera y mapa. Un mar de cereal ardiente —por estar teñido de sol— se abre ante los que se atrevan a buscar maravillas renacentistas en él. Al paso saldrán sarcófagos tallados en piedra, cálices y reliquias del siglo XV o majestuosos retablos, pero también exquisitos artesonados mudéjares, tablas de los Berruguete y todo un reguero de tallas de Juan de Juni, de Alejo de Vahía o de Juan de Valmaseda, entre otros. La propuesta engloba cuatro paradas en la provincia de Palencia y cinco sedes , todas ellas iglesias-museo con un cuidado equilibrio entre lo religioso y lo artístico.

Becerril de Campos propone la imponente Santa María. El mismo nombre corona la construcción de piedra blanca de Fuentes de Nava. En Paredes de Nava se suma al gran museo la encantadora Santa Eulalia, y en Cisneros, la visita se reparte entre la riqueza de una aparentemente discreta San Pedro y la soberbia parroquia de San Facundo y San Primitivo.

El insólito formato de este Museo Territorial pretende realzar el valor artístico de estas obras sacras en su contexto , «potenciarlas» sin empañar su brillo propio y crear un «sello identitario» común, en palabras del director del proyecto, José María Vicente. Disponible de martes a domingo en verano, en manos del visitante queda reservar para completar el recorrido o enamorarse de una de sus sedes en el correo info@camposdelrenacimiento.com o a través del teléfono 654 105 711.

Becerril: rojo sobre dorado

El conjunto del municipio exhibe con especial fuerza los colores predominantes en toda la ruta, rojo y dorado. Desde un artesonado al que se asoman rostros y enseñas reales hasta la viva paleta de Pedro Berruguete , los tonos desfilan además por la ineludible pero armónica presencia de su retablo barroco. La iglesia se transformó en museo en 1973, pero ha redefinido sus líneas para la ocasión: muchas de sus piezas están dedicadas a la Virgen, pero no falta escenario para columnas salomónicas o para las esculturas del artista Alejo de Vahía, que fue vecino de Becerril de Campos.

Iglesia-museo de Becerril de Campos. En primer plano, una Virgen de Juni ICAL

Paredes, reliquias y belleza mixta

Paredes de Nava mezcla estilos sin complejos, y la belleza de las épocas sucesivas surca su piel. Alrededor de su torre románica, del siglo XII, se añadió en el siglo XVI una completa ampliación. El conjunto alberga hoy una colección de casullas y otras vestimentas litúrgicas, una costilla del apóstol Santiago o un recuerdo al literato Jorge Manrique, hijo de la localidad . Ocupa un lugar especial una talla de San Sebastián, figura recurrente en todo el recorrido. Además del patrón de la villa –y sea coincidencia o no– es el mártir protector frente a epidemias, como la peste… o el Covid.

Relicario de Santa Eulalia y costilla de Santiago, en Paredes de Nava ICAL
Virgen con niño de Juan de Valmaseda, principios del s. XVI, en Cisneros C. R.

Centro de interpretación en Cisneros

Esta villa se enorgullece de ser la cuna del linaje del cardenal Cisneros, personaje de gran importancia política en la historia de la corona castellana. Para recordarlo, la iglesia de San Pedro alberga varios sepulcros de piedra, algunos pertenecientes a posibles antepasados del siglo XIII. El templo también conserva en el interior sus puertas de nogal originales, confeccionadas por Francisco Giralte. La iglesia de San Facundo y San Primitivo acompaña a su sede hermana con un centro de interpretación de las techumbres mudéjares, amparado por su espectacular ejemplo.

Cielos policromados desde Fuentes

Artesonado mudéjar sobre el crucero de Santa María, en Fuentes de Nava C. R.

La última parada se detiene de manera didáctica en la carpintería «blanca»; es decir, la geometría creada con pinos y abetos para formar los policromados cielos mudéjares terracampinos. El lujoso techo que viste Fuentes de Nava en Santa María cuenta con engarces de Alejo de Vahía en su crucero. Su sede también protege a una Asunción escultórica del mismo autor y a un órgano del siglo XVII que aún toca cada domingo.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación