El Jueves Santo lagunero conjuga religiosidad y tradición
El Jueves Santo lagunero conjuga religiosidad y tradición - efe

La Semana Santa de La Laguna, exponente de fe y cultura

La ciudad Patrimonio de la Humanidad vive estos días de manera muy especial. El Jueves Santo, ermitas y templos «compiten» por mostrar sus mejores piezas de orfebrería del siglo XVII

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Cuando cercanos en el tiempo parecen los excesos del Carnaval en Santa Cruz de Tenerife, la otra ciudad importante de la isla, su capital religiosa, prepara en silencio una de sus principales celebraciones. Si bien todos los municipios de Tenerife y Canarias conmemoran la Pasión y Muerte de Jesús, es en San Cristóbal de La Laguna ( la primera ciudad fundada en la isla por el Adelantado don Alonso Fernández de Lugo, en 1497) donde la Semana Santa se convierte en exponente de la fe, la cultura, el arte y la tradición a través de sus palacios, conventos, iglesias y casas solariegas.

Es en La Laguna, declarada ciudad Patrimonio de la Humanidad en 1999, donde la Semana Santa adquiere otra dimensión, la más importante de todas las que se celebran en el Archipiélago, según sus defensores.

Prueba de esto es su Junta de Hermandades y Cofradías, originada en 1953 y que hoy aglutina a 26 entidades del mundo cofrade.

Por su sobriedad y recogimiento, el espíritu de la Semana Santa lagunera se acerca más a la de su homónima castellana que a la fervorosa explosión religiosa de las procesiones andaluzas. Una celebración a la que suma la alta calidad artística de sus pasos procesionales y los excelentes trabajos de orfebrería que decoran los tronos. Auténticas obras de arte en movimiento que nacieron de la visión creativa de imagineros, propios y foráneos, que esculpieron tallas como la del Santísimo Cristo de La Laguna, la imagen cristológica de mayor devoción en el Archipiélago; o Nuestra Señora de los Dolores, «La Predilecta» del insigne imaginero grancanario Luján Pérez.

O Nuestra Señora de las Angustias, talla del sevillano Gabriel de Astorga y que luce un manto de bordado excelente; el Cristo del Calvario, obra del gomero Francisco Alonso de la Raya; o el Santísimo Cristo del Rescate, crucificado, ya muerto, con su Madre al pie de la cruz, comprado en 1558 por 10.000 maravedís y de autor desconocido.

El Santísimo Cristo de Burgos es una de las devociones populares a las que más simpatía le tiene el pueblo lagunero, con su peculiar estampa, con el paño de pureza sobrepuesto a modo de faldón, lo que le ha servido para recibir cariñosamente el sobrenombre de «Cristo de la faldita» o «de las enagüitas».

Consulte el calendario de Semana Santa de La Laguna

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